Fronteras de sangre
Militares libaneses analizan cómo puede quedar el mapa de Oriente Medio tras el actual conflicto en la región
Si las fronteras impuestas hace un siglo por los acuerdos Sykes-Picot se delinearon en el mapa, las nuevas podrían ser trazadas con sangre”. Así lo dijo en Beirut un alto mando de las fuerzas armadas libanesas en unas jornadas, a puerta cerrada, organizadas por el ejército de esta república. Desgraciadamente la situación política de esta región y más después de las victorias del pasado verano del Daech o Estado Islámico (EI), en Iraq y Siria, han dado pábulo a toda suerte de especulaciones ante un futuro muy incierto.
Durante dos días los participantes de esta conferencia –no sólo militares libaneses, sino investigadores y expertos europeos como Senén Florensa, director del Institut del Mediterrani– trataron de esclarecer una época desafiante para la vida de estos países. El estudio del fenómeno del EI acaparó gran parte de los debates. Es muy distinto hablar en Europa y los EE.UU. de esta avalancha de los bárbaros del islam por más que hayan sido alcanzados por su terrorismo, que hacerlo en estos países que sufren cada día los horrores de su cruzada salvaje. El ejército de Líbano, por ejemplo, gracias a la colaboración de servicios de inteligencia de medio mundo consigue mantener contra viento y marea un ambiente de seguridad, cerrar el paso en sus porosas fronteras a los yihadistas y contener y hostigar a los que hay en el interior. “Sus combatientes –explicó un ponente– tienen entre 16 y 27 años. Es una juventud desesperada, analfabeta, desnortada. Han sido las condiciones socioeconómicas, por el ejemplo la sequía que pa- deció Siria poco antes de la rebelión, que han influido en las rebeliones. No hay que reducir el problema a una cuestión ideológica. El desempleo juvenil se agravará en los próximos años. Las guerras civiles son más largas que las guerras entre estados”.
¿Por qué se insiste en que los acuerdos de Sykes-Picot, que configuraron el actual Oriente Medio tras la derrota otomana, están acabados? “Estos acuerdos fueron respaldados por las élites locales. Pese a todos los conflictos, no ha cambiado el trazado de fronteras. Son conflictos sectarios que hasta ahora no han variado la geopolítica del Levante”, dijo un ponente. Pero también se defendieron opiniones según las que la desintegración de esta región continuaría mucho tiempo.
Un militar libanés evocó el nuevo mapa de Oriente Medio, diseñado por el profesor Bernard Lewis, en el que se configuran nada menos que dieciocho estados. Ya en la década de los setenta, se habló de un plan Kissinger para dividir Líbano en cantones maronita, druso, suní y chií. La balcanización de Oriente Medio consagraría y justificaría el establecimiento del Estado judío de Israel.
En lo que coincidieron los participantes de la conferencia es en que no hay ninguna solución militar para resolver este caos.