Nada es lo que parece

Las campañas pasan y la nostalgia por The West Wing perdura. Nada es lo que parece: C’s se vende como nueva política pero hace tiempo que existe en Catalunya y, además, ha fichado demasiados alienígenas; los amigos de Iglesias quieren entrar en los ayuntamientos pero esconden la marca; CiU repite que esto es la primera vuelta del 27-S pero los alcaldes convergentes confían en su gestión; ERC proclama que quiere conquistar el área metropolitana pero su objetivo es crecer en comarcas; el PSC admite que debe corregir malos usos y, a la vez, promueve listas fantasma; el PP acusa a los adversarios de radicales mientras el alcalde de Ba- dalona explota la xenofobia; ICV despotrica de Podemos pero en Barcelona va de su mano; Trias es el alcalde del soberanismo pero le da pereza la palabra independencia; Collboni da lecciones pero sus primarias eran más de Pakistán que de Dinamarca; Bosch exige que todos se definan sobre la secesión pero él no aclara si prefiere a Colau o Trias; la discreta Mejías regala “cambio” cuando todavía tiene el ademán de los populares; Fernández Díaz no se cansa de anunciar plagas pero no se le ve nervioso con el doctor en la alcaldía; Colau quiere resucitar la Rosa de Fuego con los que construyeron el modelo de ciudad “mafiosa” que le da asco... ¿Y la CUP? La CUP es la fábula de la pureza y la coherencia totales pero tiene un problema: ha prescindido del disfraz e imita al piquete de huelga. Nada es lo que parece. Suerte que Aguirre nos recuerda que los liberales españoles tampoco son liberales.

Las campañas electorales pasan y la nostalgia por ‘The West Wing’ perdura