Malasia descubre fosas comunes de inmigrantes bengalíes y birmanos
Menos 17 campamentos secretos abandonados por los traficantes antes de que llegara la policía. Las autoridades no confirma-
Malasia anunció ayer el hallazgo de varias fosas comunes en el norte del país, junto a la frontera con Tailandia, que probablemente contienen los cuerpos de inmigrantes clandestinos de Birmania y Bangladesh, víctimas del tráfico de personas. Las tumbas fueron descubiertas hace unos días en al ron el número de cuerpos hallados. El ministro del Interior, Ahmad Zahid Hamidi, declaró que “cada tumba quizá tiene tres, cuatro cadáveres” y que aún estaban contando los cuerpos.
Según el diario malasio Utusan, las autoridades han hallado una treintena de fosas comunes con “cientos de esqueletos”. Otro periódico, The Star, afirmó que en sólo una de las fosas había enterrados los cuerpos de “cerca de cien migrantes rohinyás”, una etnia minoritaria en Birmania de confesión musulmana.
A principios de mes, la policía tailandesa descubrió decenas de cuerpos en tumbas poco profundas excavadas en campamentos escondidos en la jungla, en el lado tailandés de la frontera. El hallazgo desencadenó una campaña contra el tráfico de personas que provocó la desbandada de las mafias, que abandonaron los campos y los migrantes a su suerte. En los días posteriores, cientos de personas llegaron a Tailandia, Mala- sia e Indonesia, a pesar de los intentos de la Marina de estos países por bloquear los barcos en los que viajaban.
Los hallazgos arrojan luz sobre el funcionamiento de las redes de tráfico de personas. Los migrantes –en su mayoría rohinyás que huyen de la persecución étnica en Birmania o bangladesíes que escapan de la miseria– han pagado a menudo miles de dólares a las mafias para que les saquen de su país. Pero una vez fuera, los traficantes les encierran en estos campamentos-cárceles, mientras exigen más dinero a sus familias en casa.
Según el ministro del Interior malasio, es muy probable que más fosas comunes y más campamentos clandestinos sean descubiertos “porque parece que llevan tiempo ahí”. “Aún estamos investigando, pero sospecho que llevan al menos cinco años funcionando”, añadió.
Las tumbas con “cientos de esqueletos” estaban en campamentos en la jungla abandonados por los traficantes