Colau gana y será la primera alcaldesa de Barcelona
La fragmentación del Ayuntamiento hace, sin embargo, muy difícil construir una mayoría estable
Sólo cuatro años le ha durado a CiU la hegemonía que tardó 32 en conseguir y que en 2011 le arrebató por fin al PSC. El vendaval de cambio en Barcelona no era el del proceso soberanista, sino el del voto antisistema que ha llevado a BComú, la candidatura encabezada por Ada Colau, a convertirse en la ganadora de las municipales. El 13 de junio, la exportavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca será elegida, casi con toda seguridad, alcaldesa de Barcelona. Colau será la primera mujer en la historia de la ciudad en alcanzar esta responsabilidad, ya que sólo un acuerdo entre dos o más fuerzas que hoy por hoy no se adivina en el incierto panorama de pactos podría impedírselo. De hecho, su principal rival, Xavier Trias, le cedió el paso anoche el paso al reconocer su derrota y anunciar sin ambigüedades que CiU pasará a la “oposición constructiva”, un lugar en el que el todavía alcalde, tras felicitar a la ganadora, se comprometió a permanecer.
El resultado de ayer, como se esperaba, deja un consejo municipal muy fragmentado, con siete formaciones repartiéndose los 41 concejales y con escasas diferencias entre unos y otros. Una cosa es que Colau sea elegida alcaldesa como número uno de la lista más votada. Otra bien distinta, que pueda gobernar con un mínimo de tranquilidad. Le faltan diez concejales para alcanzar la mayoría –nunca un alcalde de Barcelona ha gobernado con unas fuerzas tan exiguas– y prácticamente ninguna de las combinaciones posibles (salvo un muy improbable pacto de izquierdas en el sentido más amplio, con BComú, PSC, ERC y CUP) suman. Será el momento de aplicar el sentido común, que es lo mismo que decir el sentido de ciudad.
Las elecciones de ayer suponen un vuelco radical en la capital catalana. Los partidos clásicos, que la población ha identificado con un sistema muy mejorable (CiU y, sobre todo, PSC y PP) han sido barridos por las fuerzas emergentes: BComú y la CUP, por un lado, y Ciutadans, tercera fuerza política, por el otro. Todos, sin embargo, van a tener un papel destacado en el nuevo Consistorio, donde cada proyecto, cada decisión, requerirá unas grandes dotes negociadoras para evitar que el Ayuntamiento y la ciudad queden bloqueados.