Trias llama a la reflexión de CiU y anuncia su paso a la oposición
El alcalde saliente vive una pesadilla electoral, pero deja ver que no tira la toalla y llama a la reflexión a Convergència y Unió
Cuatro años después del “vuelco histórico” que llevó a Xavier Trias a la alcaldía, Barcelona ha registrado un nuevo cambio del todo inesperado hace unos meses. Otro vuelco histórico en la capital de Catalunya.
“Es triste decirlo, pero hemos perdido; nos ha ganado Barcelona en Comú, Ada Colau. La he llamado para felicitarla”. Así empezó Trias su intervención reconociendo la derrota. El todavía alcalde supo mantener la sonrisa ante las docenas de cuadros y militantes de CiU reunidos en la estación del Nord, donde no abun- daban los semblantes risueños.
Con el presidente de la Generalitat y de CiU, Artur Mas, y el secretario de organización de la federación, Ramon Espadaler, a su lado, escoltado por todo su equipo de gobierno, un Trias sereno llamó a la reflexión. “Lo que ha ocurrido nos obliga a reflexionar” para ver por qué se ha producido este resultado. “Creo que lo hemos hecho bien (en el gobierno de la ciudad), pero hemos perdido votos”. A falta de los resultados oficiales definitivos, CiU habría perdido una 15.000 votos, respecto a hace cuatro años, con una participación más alta que entonces.
La reflexión que pedía Trias se refería a los dos partidos de la federación nacionalista, para “dar un paso adelante que necesitan los dos partidos y que necesita la ciudad de Barcelona”. Una ciudad por la que Trias prometió seguir trabajando desde una “oposición constructiva, para que Barcelona salga adelante”.
A lo largo de la campaña, Trias había mantenido un moderado optimismo sobre sus opciones a repetir en la alcaldía. Y expresaba su esperanza de mejorar los 14 concejales que obtuvo hace cuatro años. Pero era consciente de lo que podía pasar, y ha pasado.
Poco después de cerrarse los colegios electorales, conocidos los primeros sondeos, el comentario más optimista entre las decenas de cargos y militantes de CiU era que “la noche será larga”. No fue larga, y a medida que el escrutinio avanzaba la primera incredulidad daba paso al desencanto de la mayoría, al gran disgusto, y a los pronósticos derrotistas sobre la administración de la ciudad. Solo cuando en las pantallas apareció el resultado 10, se creyó en la remontada y hubo aplausos y besos. “Ahora va a ver ésa” (por Ada Colau)”, exclamó un militante. Pero enseguida los más calmados señalaron que ya se había escrutado más del 90%. Poco después, cuando Colau aparecía en la pantalla celebrando su triunfo, hubo abucheos. No muchos, ciertamente. La resignación dominaba.
Espadaler que fue el primero en comparecer en la sede montada en la estación del Nord, se había felicitado por el incremento de la participación. Pero entre la militancia nacionalista pesaba más que ese aumento del número de votos había ido en contra ellos.
Xavier Trias pasó una noche electoral durísima. Seguro. Pero afirmó que seguirá trabajando en la oposición. Sabe que pronto surgirán rumores y comentarios sobre su futuro político y personal. Anoche, pese a todo, lanzó un mensaje: “No os preocupéis por Trias; Trias no se desanima y vosotros os habéis de animar”.