El PP se deja dos tercios de los escaños
Alberto Fernández Díaz retrocede hasta los tres concejales, el peor resultado en sus cuatro campañas a la alcaldía
Conforme avanzaba la noche, las caras iban poniéndose largas en el hotel Grand Marina, en el World Trade Center, tradicional salón de actos del PP municipal. Los sondeos iban confirmando lo que habían anticipado las encuestas, y esa plasmación de datos trajo como resultado el desplome del PP en Bar- celona: el partido acabó como sexta fuerza municipal al perder dos tercios de sus escaños, pasando de nueve a tres concejales, su peor resultado en 28 años (desde 1987), el peor registro de Alberto Fernández en sus cuatro campañas por la alcaldía (había saldado los tres procesos previos con siete, siete y nueve...).
Así que cuando el eterno Fernández (54 años), la cara visible del grupo municipal desde el 2003, salió a escena (sobre las 23.30 h), el ambiente siguió gélido en la sala Marina, casi tanto como lo había estado en las horas previas, cuando el aire acondicionado funcionaba a todo trapo: “El voto no se ha producido siempre en clave barcelonesa: ha habido una confluencia de votos en clave municipal, pero también en otras coordenadas”, declaró.
Los números –por mucho que tres horas antes Dolors Montserrat, la directora de campaña, hubiera emplazado a los presentes a esperar al último momento antes de emitir un juicio de valores– acabaron demostrando que soplan malos vientos para el PP catalán, que afronta otra reválida en cuatro meses, y que tiene un órdago encima. “Hoy ha sido un día para aprender”, admitió Alicia Sánchez-Ca- macho, la presidenta popular en Catalunya.
Todas las circunstancias redundan en contra del grupo, particularmente a cuenta de la emergencia de Ciutadans, una china en el zapato de Alberto Fernández, posiblemente el factor que le ha arrebatado el sueño en los últimos meses y un buen puñado de votos en la contienda de ayer (“todo lo que perdamos será porque ha ido a manos de Ciutadans”, comentaban portavo- ces del partido en los ayer aburridos pasillos del hotel; a esas horas, solamente había sondeos, y no escrutinios).
“En agradecimiento a nuestros 60.000 votantes, seguiremos en la oposición, con una posición nítida e ideológica ante la nueva extrema izquierda –acabó Fernández–. Ahora mismo, me preocupa la ingobernabilidad en la que queda la ciudad”. Acerca de su futuro político, ya se verá.