Incendios en París
Federer y Wawrinka cargan contra la seguridad y el servicio de prensa
Roland Garros arrancó con incendios. No por los reveses imposibles o las batallas épicas. Ni siquiera por intrigantes recitales ofrecidos. Si bien el Bois de Boulogne lució espléndido como siempre, con las gradas llenas hasta la bandera, un fuego detrás de otro convirtió el primer domingo de torneo en una caldera de enojos y enfados.
Con uno mismo, como le suce- dió al ruso Mijaíl Youznhy, que volvió a golpearse una y otra vez la cabeza con su raqueta hasta retirarse en su partido con Damir Dzumhur... por lesión de espalda. Y con el departamento de prensa oficial, acusado por un colérico Stan Wawrinka a quien sentó muy mal la publicación de un artículo que hacía referencia a su vida privada.
Y si estos dos conatos de conflicto no hubieran sido suficientes, Roger Federer apuntó a lo más alto: la seguridad. “No estoy contento en absoluto. Esto tiene que cambiar. Hablo por todos: debemos sentirnos más seguros”. Para el número dos del mundo, su cómoda victoria ante Alejandro Falla quedó en segundo plano cuando un chaval de no más de 18 años esquivó todos los cordones de seguridad hasta estar a escasos centímetros de él, todavía en pista. El de Basilea, aunque tenso, aceptó a posar con el joven para una foto, pero en la sala de prensa dejó la cortesía en la puerta. “No es algo divertido. Este tipo de situaciones no deberían pasar. No pueden estar tan cerca de nosotros. Ayer me pasó lo mismo después del entrenamiento y nadie ha hecho absolutamente nada”.
“Tiene motivos suficientes para estar enfadado”, se veía obligado a responder el director del tor-
EL SUCESO El número dos vio cómo un chico se saltaba todos los controles para acercarse a él y hacerse una foto
neo, Gilbert Ysern. El máximo responsable convocó su comparecencia inmediatamente después de la rueda de prensa de Federer. “Tras lo de Monica Seles los niveles de seguridad han alcanzado un estado óptimo. Hoy no ha sido un problema del sistema, sino un miembro del staff no lo suficiente vigilante”, zanjaba.
Mientras Ysern se creía perdonado y de vuelta a sus quehaceres como director, Stan Wawrinka sacaba toda su bilis. “Es un artículo de mierda. Completamente estúpido”, calificaba el suizo. El motivo de su indignación era nada menos que una publicación que hacía referencia a la reciente separación de su esposa, publicada en el blog del torneo. Aunque ya eliminada, Wawrinka no mostraba piedad. “Espero que quien se encarga de comprobar y editar el contenido de la web ya no trabaje para Roland Garros”. Inicio turbulento en París.