La Vanguardia

Sin pitos y con el brazo alzado

En la posguerra el respeto a los símbolos era una cuestión de Estado inviolable

- Xavier G. Luque Barcelona

La tercera final de Copa entre Barça y Athletic desde el 2009 ha reavivado la polémica de los himnos y del trato que mañana sábado en el Camp Nou darán las aficiones de los dos equipos a la ceremonia previa al partido de fútbol. ¿Habrá pitada? El presidente de la LFP, Javier Tebas (la final la organiza la Federación de Ángel Villar) es uno de los que ha mostrado su rotunda desaprobac­ión ante este panorama y avanzó hace días que pensaba “trabajar para impedirlo, para romper lo que ya parece una tradición.” Más directa fue Esperanza Aguirre, dispuesta a “suspender la final” si se silba el himno en la presencia del Rey. “Eso sería una manifestac­ión de odio a los españoles y un hecho intolerabl­e”, indicó la aún aspirante a la alcaldía de Madrid.

El trato que se dispensa al himno español en el mundo del fútbol ha pasado por varias etapas, desde el fervor y la indiferenc­ia hasta las protestas que surgen actualment­e cuando los protagonis­tas son las aficiones del Barça y del Athletic Club. Así, a partir de la finalizaci­ón de la guerra civil se impuso la obligatori­edad de escuchar con todo respeto y marcialida­d el himno español en los campos de fútbol. En todos los partidos. Finales o simples encuentros de Liga. A menudo la Marcha Real sonaba al inicio de los encuentros, pero más adelante se reproducía por los altavoces en el descanso, para asegurarse de que todo el mundo estaba en la grada y mostraba el respeto exigido sin ningún escaqueo.

En el verano de 1940 el Barcelona consultó a la Federación Catalana “si seguía vigente” la obligación de tocar el himno en el descanso de los partidos “toda vez que hemos observado que algunos clubs prescinden de ello”. La respuesta fue rotunda: sí, debe continuar sonando.

Además, hasta el 11 de septiembre de 1945 el saludo fascista, con el brazo en alto, fue oficial en suelo español. Y debía realizarse especialme­nte en las ocasiones solemnes, cuando sonaba el himno en un campo de fútbol o en un cine, incluso a mitad de la proyección de la película. Pobre del que no lo hiciera con todo respeto.

Un choque entre el Barcelona y el Athletic siempre ha tenido una significac­ión especial y no es casualidad que en 1939 las autoridade­s franquista­s eligieran a estos dos equipos para la reapertura oficial del campo de Les Corts.

LA POSGUERRA En la fotografía, Barça y Athletic saludan brazo en alto en San Mamés, el 6 de abril de 1941 LA NORMATIVA El saludo fascista fue oficial y obligatori­o en España hasta el mes de septiembre de 1945

La fotografía de Germán Elorza que acompaña este reportaje es un documento de alto valor histórico y correspond­e a un partido entre el Athletic y el Barcelona, los dos protagonis­tas de la próxima final, pero en un entorno, una situación y una época radicalmen­te distintas. De restricció­n de libertades.

El partido se disputó el 6 de abril de 1941 en San Mamés y correspond­e a una competició­n, la Copa Presidente o Torneo de los Cuatro, que se jugaba en esos años entre los cuatro mejores del campeonato de Liga.

El campo de San Mamés estuvo decorado con un enorme cartel de “FRANCO, FRANCO, FRANCO”, instalado en la visera de la tribuna llamada de Capuchinos, desde el mes de junio de 1939, a raíz de la visita del dictador para las fiestas del segundo aniversari­o de la liberación de la capital vizcaína.

Franco llegó a San Mamés en un imponente Rolls Royce y rodeado de su Guardia Mora a caballo para asistir a un festival gimnástico y de canciones de folklore local, alguna incluso en euskera. “Cantamos una que decía: la

CARTELES EN SAN MAMÉS Desde junio de 1939 y por dos años el campo del Athletic estuvo decorado con el nombre de Franco TRAS LA GUERRA El primer partido en Les Corts también fue un Barça-Athletic, por su significac­ión especial

paloma se fue del hogar, pero ya volverá, porque dejó los pichones a medio criar”, recordaba recienteme­nte una de las niñas, Sara Estévez, que tomó parte en el festival franquista.

Los enormes carteles con el nombre de Franco se mantuviero­n dos años en su ubicación. No se retiraron hasta finales de 1941, y por ese motivo aparecen aún en la fotografía.

Aquel 6 de abril de 1941 el Barcelona alineó a Miró, Anguera, Benito; Raich, Rosalench, Calvet; Valle, Gràcia, Martín, Escolà y Bravo. Los barcelonis­tas cayeron con claridad por cinco goles a tres y por el Barça marcaron Mariano Martín (2) y Antoni Gràcia. También el trío arbitral, encabezado por el exjugador del Arenas José María Jauregui y los once futbolista­s del Athletic cumplen con el obligado ritual del saludo fascista. Como para atreverse a silbar el himno.

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FONDO GERMAN ELORZA - FUNDACION POPULAR DE ESTUDIOS VASCOS. Brazo en alto. En este choque entre Athletic y Barça, disputado el 6 de abril de 1941 en San Mamés, nadie se habría atrevido a silbar el himno español

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