La Vanguardia

El invento del ‘Generalísi­mo’

La Copa de España, un trofeo con apellido

- XAVIER G. LUQUE Barcelona

La denominaci­ón del torneo por eliminator­ias como Copa del Rey tiene sus orígenes en el régimen franquista, que es quien implantó la costumbre, en su caso, lógicament­e, de denominarl­a Copa del Generalísi­mo. Un repaso a la hemeroteca de este diario permite comprobar como la Copa era conocida como Campeonato de España o Copa de España y a lo sumo, entre líneas y esporádica­mente, se hablaba del trofeo “que concede SM el Rey”. Tampoco cambió la costumbre en las seis ediciones que se disputaron durante la República. De 1931 a 1936 se seguía hablando con normalidad del Campeonato de España e incluso se restó trascenden­cia al acto de entrega del trofeo, que sólo una vez corrió a cargo del presidente de la República. En 1931 y 1932 fue Indalecio Prieto, ministro de Hacienda primero y de Obras Públicas después, quien libró la copa al capitán de los campeones. En 1933, con la final en Barcelona, asistieron Francesc Macià y Lluís Companys y el trofeo lo entregó Rafael Sánchez Guerra, secretario general de la presidenci­a de la República y, dos años más tarde, presidente del Madrid FC. En 1934 fue Companys quien entregó la Copa al capitán madridista Ricardo Zamora. En la final de 1935 por primera vez asistió Alcalá Zamora y entregó la Copa. Y en 1936 fue el ministro de Agricultur­a, Mariano Ruiz-Funes, el protagonis­ta de la foto. Aprovechó para explicar

que no opinaba de fútbol “porque no lo conozco y yo sólo hablo de lo que entiendo”.

A partir de 1939 cambió por completo el panorama. El trofeo, organizado con gran celeridad entre los meses de mayo y junio, pasó a denominars­e con toda la pompa Copa del Generalísi­mo e incluso se empezaron a numerar de nuevo las ediciones. El Sevilla conquistó la I Copa del Generalísi­mo en Montjuïc.

Al principio Franco ni asistía a las finales. En las tres primeras quien entregó la copa fue el general José Moscardó, delegado nacional de Deportes. Y cuando el 21 de junio de 1942 el dictador en persona se presentó sin aviso previo y con el partido ya comenzado en Chamartín, la noticia fue comentada con grandes titulares y crónicas elogiosas en la prensa. El partido se detuvo unos instantes mientras todos los asistentes en pie lanzaban gritos de “Franco, Franco” y aplaudían con fervor. El vencedor de la guerra saludó desde el palco de autoridade­s y el partido pudo proseguir. Ese primer trofeo entregado por Franco lo recogió el capitán del Barça, ganador de la final contra el Athletic en la prórroga.

Franco tampoco asistió a las finales de 1944 a 1947 y luego, hasta su muerte en 1975, ya sólo se perdió una, la de 1953, cuando fue sustituido por el general Muñoz Grandes. En 1976 el trofeo aún se disputó como Copa del Generalísi­mo, pero lo entregó el rey Juan Carlos. Y a partir de 1977 se sustituyó la denominaci­ón oficial por la de Copa del Rey, sin que nadie propusiera recuperar la histórica Copa de España.

 ?? EFE ?? El general Varela (izquierda), Franco (centro) y el general Moscardó (derecha) en Chamartín, en la final de Copa de 1942
EFE El general Varela (izquierda), Franco (centro) y el general Moscardó (derecha) en Chamartín, en la final de Copa de 1942

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