La Vanguardia

Don Quijote habla en castellano del siglo XXI

Andrés Trapiello publica su versión “en castellano actual” del clásico

- XAVI AYÉN

Noticia de última hora: Don Quijote

de la Mancha, novela de Miguel de Cervantes, ha alcanzado en pocos días su segunda edición.

Han leído bien la fecha de este ejemplar de La Vanguardia: 8 de junio del 2015. Y la editorial que informa de la reedición del Quijote no es la de Francisco de Robles ni el taller de Juan de la Cuesta, responsabl­es de la edición príncipe de 1605 –en realidad, ya estaba lista a finales del 1604– sino Ediciones Destino, del grupo Planeta, que el pasado 2 de junio puso a la venta en un solo tomo las dos partes del Quijote, en una versión “en castellano actual” a cargo de Andrés Trapiello (Manzaneda de Torío, 1953). Y que, ante la avalancha de peticiones de los libreros, ya han tenido que reeditar.

Trapiello se ha pasado catorce años traduciend­o, por así decirlo, la obra magna de Cervantes, la primera novela de la historia. ¿Herejía? ¿Osadía? ¿Labor necesaria? Vamos a ver.

Lo primero que debe uno hacer ante un caso así es preguntar su opinión al catedrátic­o Francisco Rico, responsabl­e de las últimas ediciones canónicas de la obra. El académico de la RAE responde: “Me temo que no sirve para nada. Es una quijotada que aplaudo, muy bien intenciona­da pero sobre cuya aceptación tengo infinitas dudas, me temo que cuenta con un escaso porvenir. Aclara unas cuantas cosas literales, ciertament­e, pero otras muchas quedan sin aclarar, al carecer de notas. El que hace el esfuerzo de leer el Quijote, por un poco más, puede tener acceso al original”.

En una visita que realizó Gabriel García Márquez a Barcelona, en el año 2005, entró en la Casa del Libro del paseo de Gràcia y buscó un Quijote sin notas “porque estoy harto de las explicacio­nes de los profesores”. El Quijote de Rico, según aclara Trapiello, tiene 5.552 notas: “Y son necesarias para entender el libro. ¡Sólo la primera frase, según la edición consultada, tiene 15 o 20 aclaracion­es! En el siglo XIX el número de notas es aceptable, porque la lengua estaba mucho más cerca de la de Cervantes pero, a medida que pasa el tiempo, las acotacione­s se multiplica­n”.

En el prólogo de la obra, Mario Vargas Llosa compara la labor de Trapiello con la restauraci­ón de monumentos y destaca que pone la obra “al alcance de muchos lectores a los que el esfuerzo de consultar las eruditas notas a pie de página o los vocabulari­os antiguos disuadía de

leer la novela de Cervantes de principio a fin”.

El catedrátic­o José-Carlos Mainer recuerda que “ya Azorín decía que, ante el Quijote, se pueden tomar dos caminos: el de la erudición o el de la vida”. Considera a Trapiello la persona adecuada para haber acometido tal empresa, recordando sus continuaci­ones noveladas del Quijote (Al morir don Quijote en el 2004 y El final de Sancho Panza y otras suertes, el año pasado) así como su biografía de Cervantes. Destaca que el traductor no ha vulgari

zado todos los términos sino sólo aquellos que más dificultab­an la comprensió­n, manteniend­o arcaísmos que se entienden perfectame­nte (por ejemplo, ferido). También destaca la actualizac­ión de refranes, como cuando, al final del capítulo 68 de la segunda parte, Sancho dice: “...todo el mal nos viene junto, como al perro los palos” en la versión original, que es versionada por Trapiello como “...a perro sarnoso todo le son pulgas”.

El propio Trapiello cita un caso más osado: en el capítulo 18 de la primera parte, con los protagonis­tas hambriento­s, don Quijote dice: “Con todo eso (...) tomara yo ahora más aína un cuartal de pan o una hogaza y dos cabezas de sardinas arenques...”. “Ha permanecid­o así durante 400 años –explica– pero no tiene sentido, si pasan hambre y sueña con manjares, que ansíe comerse unas cabezas de sardina, que es lo que todos tiramos. Hablando con Francisco Rico, él me dijo, estudiando la tipografía original, que debían de ser docenas, y no cabezas, así que le he hecho caso y espero que él no me deje solo ahora con esta versión”, bromea.

El barcelonés Jordi Gracia –que prepara una biografía de Cervantes– es otro catedrátic­o a favor de la gesta de Trapiello, en la que ve “una coherencia cervantina”, pues “hay que evitar que al lector actual le suceda lo que al Quijote, que no entendía bien los libros de caballería­s”.

Trapiello opina que “el Quijote es el libro que ha cosechado más fracasos de lectura en nuestra lengua. Parece que lo entendemos todo, pero no se entiende. La paradoja era que franceses, ingleses y alemanes podían leerlo en su lengua, con traduccion­es actuales. Nuestro idioma no ha cambiado tanto en cuatro siglos como los suyos, pero aún así...”

Y rebate la mayor, que el libro no haya sido tocado antes: “Cervantes no puntuaba, no cortaba párrafos, su fraseo es distinto, como sus diálogos... El Quijote ha sido una elaboració­n de los siglos”.

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? Andrés Trapiello, la semana pasada, en la Residencia de Estudiante­s de Madrid
EMILIA GUTIÉRREZ Andrés Trapiello, la semana pasada, en la Residencia de Estudiante­s de Madrid
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain