Los incidentes empañan las elecciones mexicanas
Las acciones de boicot impiden que se abran colegios en Guerrero y Oaxaca
Los mexicanos acudieron ayer a las urnas en medio de un impresionante dispositivo de seguridad, durante una jornada tensa y difícil, precedida por graves hechos de violencia, que arrancó con incidentes de primera hora en algunas regiones. Las autoridades electorales informaron que distintas situaciones conflictivas, las más graves registradas en los estados de Oaxaca y Guerrero, impidieron la instalación de 88 centros de votación, si bien aseguraron que en el resto del país el proceso inició sin problemas.
“En todos los estados se está llevando con normalidad la elección”, dijo en su primera comparecencia Lorenzo Córdoba, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), al precisar que sólo el 0,06% de las mesas, sobre un total de 148.836, quedó inhabilitado. El titular del or- ganismo se refería al robo y quema de papeletas ocurridos en municipios de las regiones señaladas como “focos rojos” por el Gobierno federal, donde grupos de oposición radical lanzaron su campaña de boicot a los comicios. Es el caso de Oaxaca, con la acción de facciones violentas del sindicato de maestros que se oponen a la reforma educativa del presidente Enrique Peña Nieto y exigen su completa derogación. Allí, grupos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) impidieron la instalación de colegios electorales en varias localidades.
En Guerrero, familiares y compañeros de los 43 estudiantes desaparecidos hace nueve meses, incendiaron una docena de urnas en Tixtla, población cercana a la escuela de Ayotzinapa, donde se formaban los jóvenes. En ambos estados, los incidentes obstaculizaron la apertura de muchos centros de voto. A media jornada sólo funcionaba el 79% de las mesas en Guerrero y el 75% en Oaxaca. De acuerdo con la legislación electoral vigente, cuando más del 20% de los colegios no logra instalarse los comicios pueden ser anulados.
En estas dos entidades se concentra el mayor número de efectivos de los cuerpos de seguridad que el Gobierno federal ha desplegado en todo el país. Elementos del ejército, la marina y la policía federal patrullan por tierra, mar y aire, tratando de blindar un proceso amenazado, no sólo por las organizaciones de oposición radical, sino por la violencia criminal y las prácticas fraudulentas de compra y coacción del voto. Sin embargo, la masiva operación de vigilancia no parece haberlas inhibido. En las horas previas al inicio de la votación, los incidentes se multiplicaron: en el estado de Tamaulipas, la sede del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue tiroteada por hombres armados; en Veracruz, donde un gru- po de estudiantes y activistas fue salvajemente agredido a golpes por presuntos policías de civil, detonaron cócteles molotov; en Yucatán y Tabasco hubo denuncias y detenciones por supuesta compra de votos por parte de militantes del PRI...
El México bronco y subdesarrollado está al acecho, retando un proceso que también enfrenta la indignación ciudadana, que optará por abstenerse o anular su voto como forma de protesta, para no avalar el resultado de unos comicios que definirán la composición de la Cámara de Diputados, los congresos en 16 estados y los ayuntamientos en 1.009 municipios, y elegirán los gobernadores de 9 estados.
Familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa incendian una docena de urnas