Homenaje a las 431 víctimas del barco del Yangtsé, aún con 11 desaparecidos
Más de 500 funcionarios chinos y miembros de los equipos de rescate inclinaban ayer la cabeza en señal de duelo por las víctimas del barco de pasajeros que naufragó durante una tormenta en el río Yangtsé, con el número oficial de muertos alcanzando ya los 431 y todavía con once desaparecidos. Sólo catorce supervivientes, entre ellos el capitán, fueron encontrados después de que el barco, que llevaba a bordo 456 personas, volcase en medio de un extraño tornado en la noche del lunes en Jianli (provincia de Hubei), cerca de la presa de las Tres Gargantas. La mayoría de los pasajeros eran turistas de edad avanzada que hacían un crucero.
El barco, de cuatro cubiertas o pisos, se hundió en cuestión de dos minutos y permaneció sumergido casi en su totalidad hasta el viernes, en que fue enderezado con potentes grúas, permitiendo a los equipos de rescate retirar escombros, echar abajo las puertas de los camarotes y buscar al resto de víctimas.
El río está siendo dragado hasta Shanghái en busca de los todavía desaparecidos. El portavoz del Gobierno Hu Kaihong dijo a la prensa que se estaban llevando a cabo pruebas de ADN para identificar los cuerpos hallados hasta el momento.
Han pasado siete días desde el naufragio del Estrella Oriental, un lapso tras el cual la tradición china dicta que corresponde llorar a los muertos. La televisión estatal mostró a trabajadores de los equipos de rescate y a funcionarios descubriendo e inclinando la cabeza en una lancha frente al buque. Después de tres minutos de silencio, las embarcaciones que se encontraban alrededor hicieron sonar sus sirenas.
Familiares de las víctimas tam- bién ser reunían cerca del río para las ceremonias. Más de 1.400 de ellos han llegado a Jianli, muchos expresando frustración ante la falta de información por parte del Gobierno. El viernes, uno de ellos irrumpió en una conferencia de prensa que acababa de concluir, acusando públicamente al Ejecutivo de tratar a su pueblo como si fuese un enemigo.
Pekín dice que está haciendo todo lo posible para ayudar a los familiares, incluyendo alojamiento y servicios médicos gratuitos, y el viceprimer ministro Ma Kai ha sido enviado para reunirse con familiares de las víctimas personalmente.