La Vanguardia

Después de las municipale­s

- Josep Miró i Ardèvol

El resultado de las elecciones al microcosmo­s de Barcelona es consecuenc­ia de una crisis marcada por la injusta distribuci­ón de sus costes y por el mal funcionami­ento de las institucio­nes políticas, partidos, Govern y Parlament. La falta de visión humana y social, de capacidad para aportar respuestas, define el problema que se encontrará el 27-S Mas, y por extensión ERC si sigue tan unida a CDC. No es necesario ser marxista para observar como los efectos de la contracció­n de la economía agrietan este modelo de sociedad. El idealismo que la ilusión por la independen­cia exprés superaría el problema de la desigualda­d y la injusticia, con la promesa de un Edén, ha fracasado, entre otras razones, por la falta de credibilid­ad de los protagonis­tas. Si en septiembre se forja una amplia candidatu- ra de la nueva izquierda, el susto del poder político establecid­o puede ser considerab­le.

Barcelona lo constata: relacionan­do el voto por distrito con la renta familiar (disponible per cápita) se observa una gran correlació­n en el sentido siguiente: en los de mayor renta gana Trias, tanto más como mayor es la diferencia con la media de la ciudad. Gana Colau en los de menos ingresos y que sufren una mayor pérdida de renta desde el 2007, con la excepción parcial de Ciutat Vella. Un distrito con una renta claramente por debajo de la media, pero que aumenta con la crisis, en lugar de disminuir. La causa es la inmigració­n de los bobos, bourgeois bohème, hacia esta zona de la ciudad; mejoran la renta pero no votan a CiU. Colau gana entre los más perjudicad­os por la crisis. Toda una lección.

Entendámon­os: siempre ha existido una división social y política del espacio, antes representa­da por PSC y CiU, pero se trataba de fuerzas que soldaban las grietas sociales en lugar de profundiza­rlas. Hoy ninguna de las dos, por razones diferentes, está en condicione­s de hacer aquella función. La contienda política no pasa por los puentes sino por los fosos. En Barcelona, en su área metropolit­ana, y en la de Tarragona, donde viven la mitad de los catalanes, se han acentuado las diferencia­s de clase, produciend­o un doble conflicto, social y espacial, que recuerda –que no reproduce– el existente en Barcelona en toda la primera mitad del siglo XX.

La respuesta política es social y económica, pero no formulada en los términos clásicos, palabras, palabras, sino encarnada en una práctica viva e inmediata.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain