Acelerar la investigación
Acelerar la investigación biomédica; eso es lo que reclama la comunidad científica internacional y destacados investigadores catalanes. Es necesario disponer de grandes volúmenes de información de salud, diversificada, de toda la población, debidamente anonimizada y sin esperar largos periodos de seguimiento para poder investigar y transferir más rápidamente los resultados a la práctica clínica. Su uso es una oportunidad para la salud y el bienestar de la ciudadanía, reduciendo los errores médicos y las iniquidades en salud, detectando interacciones y efectos adversos de fármacos que los estudios clínicos no hayan puesto de manifiesto, desarrollando estudios de efectividad comparada o ampliando el conocimiento sobre enfermedades minoritarias.
Hay que diferenciar la utilización de los datos para la asistencia sanitaria de la reutilización de datos anonimizados, provenientes de esta atención, para finalidades de investigación. Ejemplo del primer caso es la historia clínica electrónica (HC), a la cual sólo pueden acceder los profesionales implicados en la asistencia al paciente, y toda entrada queda registrada (quién, cuándo y desde dónde) por las instituciones que custodian esta información tan sensible. La reutilización de datos no supone el acceso a la historia clínica electrónica, sino que provienen de los ficheros que posee la administración sanitaria.
Toda investigación en humanos (personas, material biológico, datos) se sustenta en la confianza entre los partícipes. El uso de datos para la investigación se tiene que sustentar en la transparencia, objetivos definidos con límites, seguridad y protección de la privacidad, calidad de los datos y restitución de cuentas a la ciudadanía. Para evitar que se pueda afectar la privacidad de las personas (aquel espacio personal e íntimo que nadie puede invadir), existen técnicas de anonimización de los datos que van mucho más allá de quitar el nombre y los apellidos. No es que la anonimización sea ilusoria, sino que el riesgo de reidentificación es una cuestión de probabilidades y, aunque nunca es cero, sí que se puede hacer extremadamente bajo.
Como pasa con los estudios clínicos, cualquier proyecto de investigación que implique la reutilización de datos sanitarios tiene que contar con el dictamen favorable de un comité ético y de investigación clínica. Son estos comités los que mejor pueden ponderar los beneficios sociales de la investigación y los riesgos individuales de la misma.
La iniciativa que lidera la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries (AQuAS) quiere poner a disposición de la comunidad científica y de los centros asistenciales del sistema público los datos anonimizados del sistema sanitario catalán. Una única puerta de entrada que permita, como decía la Autoritat Catalana de Protecció de Dades, dar las máximas garantías de seguridad. Se ha buscado la opinión del Comité de Bioética de Catalunya, que ha concluido que esta iniciativa es una oportunidad para mejorar la calidad y la sostenibilidad del sistema público de salud y que requiere la contribución anónima y solidaria de los ciudadanos, que son quienes la sostienen y se benefician.