Bustos se presenta como víctima de una campaña por sus orígenes
El exalcalde de Sabadell niega los cargos que se le imputan en el caso Mercurio
Comilonas en marisquerías sufragadas con dinero público, colocación por enchufe de altos cargos, familiares trabajando en su equipo municipal, operaciones urbanísticas de dudoso interés y finalidad… El relato de los años de Manuel Bustos al frente del Ayuntamiento de Sabadell que recoge el sumario del caso Mercurio, a falta de que se dicten las sentencias de las diferentes causas abiertas, es más propio de una novela negra de quiosco que de la ejemplaridad que se espera de un servidor público.
Quizá por ello Bustos se esforzó ayer ante en la comisión parlamentaria del fraude fiscal en refutar uno por uno los delitos que se le imputan. Esbozando el autorretrato de un alcalde sin tacha ni mácula, insinuó que ha sido víctima de una suerte de campaña del establishment político y económico de Sabadell que, a su entender, nunca aceptó que una persona “no nacida en Catalunya” gobernara con amplias mayorías la ciudad.
En una larga sesión de cuatro horas, este exalto cargo del PSC, condenado a 16 meses de prisión por tráfico de influencias y definido por algunos de los grupos parlamentarios como “fábrica de corrupción”, aseguró que tiene “pruebas documentales” de esa oposición que, a su juicio, podría explicar la “desproporción” del caso Mercurio.
Un caso que ha golpeado y golpea duramente al PSC, con la imputación y la condena por tráficos de influencia del exalcalde, su hermano y ex primer secretario del Vallès Sud, Francisco Bustos y del exsecretario de organiza- ción del PSC, Daniel Fernández.
En su papel de víctima, pese a estar imputado en nueve piezas separadas, Bustos trató de desacreditar las escuchas que los Mossos hicieron de su teléfono móvil durante dos años y que sirvieron de base para sus diferentes acusaciones. “No han salido otras conversaciones que se produjeron ese periodo. Se coge unas partes que dan una imagen distorsionada”, lamentó. Asimismo, negó que hubiera construido con sus familiares y colaboradores una trama delictiva y afirmó que no es “el capo” de nada.
Visiblemente inquieto y nervioso, tardó pocos minutos en sacarse la americana y quedarse en mangas de camisa, Bustos sostuvo que su “estilo” de hacer política –populista, directo, campechano– “probablemente me ha perjudicado”.
Sobre el hecho de que cargara como dietas de la Federació de Municipis comidas en conocidos restaurantes de Barcelona –El Cangrejo Loco, Shunka…-, noches de hotel y festejos varios, Bustos se justificó diciendo que es “probable” que en el análisis de todas las facturas de sus tres años como presidente, que suman alrededor de 5.000 euros, se hallen “algunas” que correspondan a gastos privados. Asimismo negó la acusación de nepotismo y rehusó que su tío Melquiades Garrido, presidente del gremio de Constructores de Sabadell, también imputado en el caso Mercurio, gozara de información privilegiada y un trato de favor.
Antes de la comparecencia del exalcalde, su hermano Francisco Bustos negó que actuaran en Sabadell como su fuera su cortijo particular. “Si era una trama o no lo debe decir la justicia”, señaló.
Mientras el exsecretario de organización, Daniel Fernández, condenado por tráfico de influencia negó que presionara a la exalcaldesa de Montcada i Reixac, María Elena Pérez, para contratar como directora territorial a una exalto cargo del tripartito. “No la presioné, fue el Ayuntamiento de Montcada el que me pidió la colaboración para este proceso de selección y en todo momento pensaba que era para la elección de un cargo de confianza”, afirmó Fernández.
El exdirigente socialista mantuvo la versión que desarrolló ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, negando que hubiera intercedido en el concurso a petición expresa de Bustos.
Una explicación que coincidió con la que mantuvo ayer la exalcaldesa ante la comisión del fraude fiscal. Pérez negó que el secretario de organización y alcalde de Sabadell la presionaran tal como dice la sentencia condenatoria por tráfico de influencias en sus diferentes reuniones para colocar al alto cargo en su puesto en el ayuntamiento.
En una jornada parlamentaria con color y verso socialista, también compareció el empresario Carles Vilarrubí. Persona muy cercana al expresidente Jordi Pujol desde sus inicios políticos, el empresario subrayó que no se ha dedicado a la “política activa” pese a ser militante de Convergència Democràtica circunscribió su relación con Pujol al ámbito privado. Además, negó haber tenido ningún tipo de relación con Iñaki Urdangarin a través de empresas de promoción deportiva.