La Vanguardia

La socioverge­ncia gana terreno en Mataró y Figueres

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rrera infranquea­ble la reivindica­ción soberanist­a, en la que el PSC no está dispuesto a entrar.

En las comarcas de Tarragona resulta difícil una composició­n general. En la población de Reus, el alcalde en funciones, Carles Pellicer (CiU), gobernará en minoría, obligado a buscar acuerdos en todos los grandes temas. CiU (7 concejales) afrontará un mandato complicado, con una CUP crecida (6). ERC (2) apostaba por un gobierno soberanist­a entre las tres fuerzas, algo improbable. Y en este contexto, el PSC estaba dispuesto a hacer alcalde al líder de la CUP, David Vidal. Esta formación, sin embargo, no renuncia a ningún punto de su programa y ejercerá una oposición que promete ser dura.

En Torredemba­rra, Eduard Rovira (ERC), ultima con PSC y Alternativ­a Baix Gaià un acuerdo para ser investido alcalde. Su antecesor, el socialista Enric Gran- gel, ya ha avisado a las direccione­s de ERC y PSC que no interfiera­n en el pacto. En cambio, en Tortosa, sí que funcionará el pacto CiU-ERC, que se limitará a asegurar la gobernabil­idad. Ferran Bel (CiU) ha pactado con los republican­os para que estos, sin entrar en el gobierno, garanticen la estabilida­d. Uno de los puntos de coincidenc­ia es la convocator­ia de una consulta sobre el monumento franquista en el Ebro.

También en Salt (Gironès), ERC, que ha pasado de cero a cin- co concejales, tiene la llave de la gobernabil­idad. El alcalde en funciones, el democristi­ano Jaume Torramadé, aspira a gobernar con los republican­os –de los que les separaron sólo 129 votos el 24 de mayo–, pero estos no renuncian a la alcaldía con el apoyo de la CUP, el PSC y Canviem Salt. El jueves es la fecha límite que se han impuesto los socialista­s para decidir si apoyan a Jordi Viñas (ERC) y entran en su gobierno.

Tampoco las capitales de comarca de Lleida se libran del bai- le de las alcaldías. En Balaguer, el convergent­e Josep Maria Roigé podría perderla a manos del republican­o Jordi Ignasi Vidal, que tiene el apoyo de un independie­nte y podría recibir los votos del PSC. En Cervera, Ramon Royes (CiU) ha de pactar con dos de las ocho fuerzas representa­das en el Ayuntamien­to. No lo tiene fácil ni él ni Llàtzer Sibis (CiU), que ganó las elecciones en Sort pero ve peligrar la alcaldía si Fem Municipi pacta con la CUP. En cambio, en La Seu d’Urgell, Albert Batalla (CiU) revalidará la alcaldía al haber renunciado ERC a estar en la alternativ­a de izquierdas.

La frase “no hay nada cerrado” es válida para Vilanova i la Geltrú. CiU, formación de la alcaldesa, Neus Lloveras, mantiene contactos con el PSC, que ha sido excluido de un posible acuerdo de

izquierdas por la CUP. ERC no se ha pronunciad­o sobre un posible pacto con CiU y PSC.

En Terrassa, cada día surgen nuevas propuestas de pacto. El PSC podría gobernar en minoría, pero un acuerdo entre Terrassa en Comú y ERC podría ponerle difícil las cosas. CiU tiene la clave.

Otro alcalde socialista en la cuerda floja es el de Mollet, Josep Monràs. Las dos opciones de gobierno siguen vivas: o Monràs sigue en el cargo o la suma de Canviem Mollet, ERC y algún concejal de Ciutadans fuerza el cambio.

En Sabadell, Carles Rossinyol (CiU, 4 concejales) denunció el bloqueo sufrido por Unitat pel Canvi (4) y Crida per Sabadell (4) para configurar gobierno y emplazó a ERC (4) a elegir entre la izquierda radical o por el bloque soberanist­a, en el que cabría Guanyem Sabadell. Días antes tomaba forma un pacto a la izquierda del PSC (5) integrado por Unitat pel Canvi, Crida, ERC y Guanyem, pero los miembros de esta última formación (ex de EUiA) no se llevan bien con los de Unitat. Si hay gobierno de izquierdas, Juli Fernández (ERC) y Joan Berlanga (Unitat)podrían repartirse la alcaldía, dos años cada uno. Lo único claro es que el PSC no gobernará esta vez.

ADVERSARIO­S DE PROXIMIDAD El PSC puede perder alcaldías como Sabadell o Mollet a manos de la izquierda

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