Despedida electrónica
Los iconos del pop electrónico hicieron bailar de nuevo a Xavier Trias, Helena Rakosnik y Jordi Vilajoana. Cada uno por su cuenta y con su propia intuición de cómo deben moverse bajo las coreografías ochenteras y noventeras, olvidaron por un rato los disgustos políticos para dejarse envolver por el espectáculo de los Pet Shop Boys. Deslumbrantes como siempre en su vestuario, Neil Tennant y el teclista Chris Lowe permitieron, pues, que el alcalde en funciones se despidiera de su cargo casi suavemente, con ritmos dance. Eso sí, bajo la amenaza de la lluvia, que parece coordinarse siempre con el inicio del festival más musical de la zona alta, pero que no doblegó el remember electrónico al que también se apuntaron Juan Antonio Bayona (el director de Lo imposible habló esta vez de Un monstruo viene a verme, su próxima película), los chef con estrella que son los hermanos Torres y Albert Espinosa (el guionista de éxito se sumó a la mayoría de
cuarentones que coparon las gradas). Sólo declinó a última hora Llanos de Luna, la delegada del Gobierno que canta en sus ratos libres. Los responsables de la mejor versión de la historia ( Always on
my mind, el clásico de Elvis Presley que sirvió de adelanto de su disco de 1988, Introspective, recibió esta mención el año pasado tras una amplia encuesta de la BBC) convencieron con su propuesta a ese público entregado y mezclado pero también muy político, con Sònia Recasens, Joan Puigdollers y Glòria Renom moviendo las caderas. Y dejaron un poco más asentado el festival nacido en 2013 tras poquísimos meses de gestación que ayer vivía con nervios el inicio de su tercera edición. Tal como dijo Trias con motivo de la presentación y antes del descalabro municipal, parece que “interesa que continúe sea quien quiera que sea el alcalde”. Al menos Martín Pérez, que es el promotor que se atrevió a montar su propia historia musical en estos jardines que ni se sabe muy bien a quién pertenecen –ya que son municipales pero rodean un edificio de la Generalitat–, vendió hasta la última entrada y bailó como todos desde el One more
chance hasta el himno Go west. Eso sí, Pérez debió aguantar algún abucheo en el discurso en el que agradecía la ayuda que siempre le ha prestado Trias. Así, con la grada repleta (y retirada: la estructura tubular que soporta las gradas tuvieron que recularse para adaptarse a las exigencias del montaje del espectáculo de los Pet Shop Boys), los raros ingleses, que siguen siéndolo treinta y tantos años después, dieron el mejor comienzo posible a un festival por el que van a desfilar Goran Bregovic, Víctor Manuel y Ana Belén con sus Can
ciones regaladas, Jessie J., Buena Vista Social Club, Spandau Ballet, Sara Baras, Melodie Gardot, Paul Weller, Bob Dylan, Anastacia, Angus & Julia Stone, Miguel Poveda con sus Sonetos y poemas para la
libertad… y Mika. El mismo que en 2013 abrió con Josep Carreras, siguió con Julio Iglesias y Antony and The Johnsons y vivió la locura de Lana del Rey. Y que el año pasado recibía a la susurrante Carla Bruni y a su vehemente marido, Nicolas Sarkozy, quien si por la noche aplaudió y fue aplaudido en primera fila, durante las dos mañanas que pasó en Pedralbes se hizo cerrar los jardines a cal y canto para poder practicar footing en verde soledad.
El dúo británico ameniza uno de los últimos actos públicos de la alcaldía de Xavier Trias