Bartomeu dimite y convoca elecciones para julio
El ya expresidente luce triplete y se postula como garantía de un Barça ganador
Aún no están convocadas las elecciones en el Barcelona ni se sabe la fecha exacta en la que los socios votarán al presidente de los próximos seis años pero Josep Maria Bartomeu lanzó ayer la campaña. En su último acto como mandatario antes de dimitir una hora más tarde –paso indispensable para ser candidato– en una junta extraordinaria, Bartomeu sacó pecho de su gestión para presentarse ante los socios como garantía de éxito deportivo y de un Barça ganador “para seguir creciendo y para seguir ganando”.
Pero una imagen vale más que mil palabras en esta época tan audiovisual. Por eso, a su lado en el escenario del Auditori 1899, bien cerca del atril, brillaban en tres pedestales la Liga, la Champions y la Copa. Barto lució el triplete, el segundo del Barcelona, el único equipo que ha repetido trébol, como aval de su mandato. “Somos la envidia de todos”, se colgó la medalla. Pero no fue el único argumento deportivo que el ya expresidente puede esgrimir a su favor, ya que en sus últimas horas en el cargo se aseguró también la renovación de Luis Enrique, el entrenador que ha devuelto al equipo blaugrana a la cima, hasta 2017. “Tenemos Luis Enrique para dos años más”, adelantó entre aplausos. La del técnico asturiano no fue la única continuidad que se firmó ayer porque Dani Alves, finalmente, aceptó la oferta del Barça. “Ha costado pero se ha dado cuenta de que aquí es el mejor sitio en el que puede estar”, se congratuló.
Bartomeu, que sustituyó al dimitido Sandro Rosell el 24 de enero de 2014, sólo ha estado en la presidencia blaugrana un año, cuatro meses y 16 días. “El club estaba en una situación convulsa –recordó–. Había que tomar decisiones con mano firme. Algunos
pensaban que no seríamos capaces de liderar este periodo pero yo no lo dudé ni un segundo”, dijo. En este tiempo, no han sido todo días de flores y títulos como el último mes. Como presidente ha vivido situaciones duras como la pérdida de Tito Vilanova, la sanción de la FIFA que prohíbe al Barça fichar hasta el 1 de enero de 2016 –la tildó de “desproporcionada”– o la imputación el caso Neymar –“acabará en nada”, vaticinó–, además de cerrar una temporada sin títulos y tener que desprenderse de Gerardo Martino.
Ni siquiera esta temporada con Luis Enrique fue del todo tranquila. De hecho, el 7 de enero Bartomeu tuvo que sortear la crisis tras la derrota de Anoeta y reaccionó adelantando las elecciones un año. “Pedí la unidad del barcelonismo y doy buena fe de que lo he- mos conseguido. Estas tres copas que hay aquí simbolizan por encima de todo la unión del barcelonismo. Ha sido un triunfo de todos”, se apuntó el tanto antes de definirse como una persona más de diálogo que de ruptura y más de convencer que de discutir.
Pero Bartomeu no sólo puso sobre la mesa el triplete del fútbol, sino que también quiso recuperar los títulos de la presidencia de Rosell. “En cinco años el primer equipo ha ganado tres Ligas, dos Copas, tres Supercopas de España, una Supercopa de Europa, un Mundial de clubs y dos Champions, que se dice pronto”, se apropió. Y se acordó de las secciones al destacar que, por primera temporada, el Barça ha ganado tres Copas de Europa: fútbol, balonmano y hockey patines.
Entre sus logros, Bartomeu no dejó pasar por alto la oportunidad de sacar brillo al acuerdo –en su discurso y en un vídeo de resumen– con la Fundación Johan Cruyff. Pero donde volvió a exhibir músculo fue en el área económica. Bartomeu se felicitó por la “excelente salud” de la caja. “La previsión de ingresos es de 600 millones, la más alta de la historia, y nos hemos convertido en el club con más ingresos del mundo”, lanzó. También puso énfasis en los 130 millones de beneficios desde 2010 y en la reducción de un 30% de la deuda hasta los 300 millones.
Gracias a esas cuentas saneadas, Bartomeu habló del Espai Barça como una joya para la ciudad y Catalunya. Pero sobre todo han servido para hacer un equipo campeón. “Hemos fichado a los que todos querían y, pese a quien le pese, están en el Barça jugando con Messi y rompiendo el récord de goles de un tridente. Se lo pasan bien, dan espectáculo y sonríen”, destacó sobre Neymar y Luis Suárez, dispuesto a rentabilizar “el momento mágico” que, según él, vive el Barcelona.