El desnudo que provocó un seísmo
Un grupo de turistas que se desvistió en un monte sagrado de Malasia es acusado de causar un terremoto por ofender a los espíritus
ADanielle Petersen y a su hermano Lindsey jamás les pasó por la cabeza que un día alguien les acusaría de provocar un terremoto por desnudarse. Pero ayer un consejo de ancianos de la isla malaya de Borneo deliberó sobre su responsabilidad en el seísmo que el viernes sacudió la montaña sagrada del Kinabalu.
El caso en que se ven envueltos estos hermanos canadienses responde a un cúmulo de infortunios. A su ignorancia y desdén sobre las tradiciones locales y al seísmo de 5,9 grados que sacudió el lugar donde habían cometido sus tropelías unos días antes.
Su delito, perpetrado junto a una pareja de holandeses, un alemán y otros cinco occidentales que la policía aún no ha identificado, fue desnudarse en la cima del Kinabalu el 30 de mayo. No hubiera pasado de ser una travesura si el monte no fuera considerada sagrado por los nativos, que han interpretado el terremoto, con 18 muertos, como una reacción de sus antepasados.
Las autoridades locales se han sumado al sentir de la población. El ministro principal adjunto de la región considera que “con su actitud indecente provocaron la ira de los espíritus” que moran en el monte Kinabalu, y desencadenaron el movimiento sísmico. “Es casi seguro que hay una conexión. El terremoto puede ser tomado como una confirmación de las consecuencias de que estas personas se desnudaran. No podemos jugar con los espíritus de nuestra montaña sagrada”, dijo a The Borneo Post.
Las autoridades decidieron actuar contra los jóvenes tras recibir una queja de los responsables del parque natural del Kinabalu, que la Unesco declaró patrimonio de la humanidad en el 2000. El informe fue acompañado del testimonio del guía, a quien los turistas habrían llamado “estúpido” y mandaron “al infierno” cuando les advirtió que no se desnudaran
Un consejo de ancianos delibera el castigo para los jóvenes, retenidos en la isla de Borneo
ni orinaran en aquel paraje.
Los jóvenes ignoraron sus ruegos, se hicieron fotografías desnudos y las colgaron en internet.
Los hermanos canadienses, así como los holandeses Dylan Thomas y Eleanor Hawrins y el alemán Stephan Pohlner, no están formalmente detenidos, pero son investigados y no podrán abandonar Borneo hasta que se decida su responsabilidad en el seísmo.
El castigo lo impondrá un tribunal de usos y costumbre, al considerarse que no vulneraron ninguna ley escrita sino una tradición oral. El consejo de ancianos de la tribu kadazan-dusun, tras consultar con el chaman, decidirá la pena y el ritual para apaciguar a los espíritus. “Debe exigirse el pago de un sogit (pena que se costea con el sacrificio de animales) y en este caso deberá ser de varios búfalos”, dijo Brayan Matasing, un jefe local. “Es la primera vez en 50 años que ocurre un incidente de este tipo en el monte Kinabalu”, indicó el presidente de los parques naturales, Tengku Zainal Adlin. La ausencia de antecedente podría impulsar al consejo de ancianos, que suele castigar a los infractores con el sacrificio de unos pollos o cerdos, a buscar un castigo ejemplar.
Nunca un desnudo había provocado un movimiento telúrico de tales dimensiones.