El PSPV suspende la negociación con Compromís para gobernar Valencia
La presidencia de la Generalitat enfrenta a los partidos de izquierda
Ximo Puig busca como alternativa el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PP para ser president La falta de sintonía entre Ximo Puig y Mónica Oltra agrava la posibilidad de un acuerdo autonómico
El peor escenario posible. Así debe interpretarse la situación en la que se encuentra la negociación entre el PSPV-PSOE y Compromís para alcanzar un hipotético acuerdo para gestionar la Generalitat Valenciana, con el apoyo de Podemos. Es tal la tensión, que ayer el líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, decidió suspender las negociaciones con la coalición valencianista. En el epicentro del conflicto está la ansiada presidencia del ejecutivo autonómico, que ambas formaciones exigen, a toda costa. En el caso de Compromís se pide que sea para Mónica Oltra, su candidata. Pero no es sólo eso. Ha habido en las últimas horas declaraciones cruzadas, ataques, descalificaciones y malentendidos que han contaminado la débil entente entre ambos partidos.
Es tal el deterioro, que desde el PSPV-PSOE se anunciaba ayer que se quiere explorar la posibilidad de contar con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PP para que Ximo Puig alcance la presidencia. Una fórmula inviable porque, horas después, desde la dirección del partido de Alberto Fabra se dejaba claro que si el PSPV-PSOE pacta con Ciudadanos “la lista más votada será la que tenga el presidente, y no será Puig, sino del PP”. Es decir, los populares empujaban al líder socialista a alcanzar un acuerdo con Compromís y Podemos para ser president. Desde los tres partidos de izquierda se reconoce que la única fórmula de estabilidad es el pacto que ahora está paralizado; cualquier otra opción es una apuesta por la inestabilidad.
Lo curioso es que la decisión de suspender las negociaciones se producía cuando los equipos negociadores del PSPV-PSOE, Compromís y Podemos ya estaban preparando un documento de consenso que debía llevarse hoy a la mesa negociadora, un día antes de constituirse las Cortes Valencianas. Al cierre de esta edición la reunión convocada se había suspendido. Y se desconocía si para mañana podría haber consenso para, como mínimo, proponer un presidente de las Cortes.
Los socialistas quisieron escenificar con la suspensión de las negociaciones su disgusto, su rechazo a las declaraciones de algunos dirigentes de Compromís. Declaraciones que, advertían los socialistas, “son un insulto para el partido y para Ximo Puig”. Mientras, desde Compromís se anunciaba que “de nada sirve esa prueba de fuerza”. Un dato: Ximo Puig y Mónica Oltra aún no han sido capaces de sentarse para hablar cara a cara. Ayer, el líder de Podemos en Valencia, Antonio Montiel, quiso convocar otra reunión entre los tres, sin éxito.
La falta de sintonía se fundamenta en la incapacidad de alcanzar un consenso respecto a la presidencia y, también, al reparto de poder en la Generalitat. Desde Compromís se advierte que se puede ceder el trono siempre y cuando el PSPV-PSOE “entienda que ha de negociar para nosotros amplias cuotas de poder”. Resumiendo, esta fuente hablaba de “un 50% para cada uno”. Desde el PSPV-PSOE se observa esta posibilidad como excesiva, y se teme que los valencianistas acaben controlando las áreas más importantes de la Generalitat en esta legislatura.
En este complejo y polémico escenario valenciano, Ciudadanos y el PP intentaban ayer sacar tajada. El partido de Albert Rivera se ofrecía para poner a su candidato a la alcaldía de Valencia, Fernando Giner, con el apoyo del PSPV-PSOE y el PP “para impedir que los nacionalistas tengan el poder”. Desde el PP valenciano, su coordinadora general, Isabel Bonig, garantizaba una fórmula de estabilidad al PSPV y a Ciudadano en la Generalitat; pero con Alberto Fabra president. Y en las redes sociales miles de valencianos lanzaban duras críticas al PSPV, a Compromís y, en menor medida, a Podemos, por ser incapaces de alcanzar un acuerdo para garantizar un cambio en la Generalitat Valenciana tras 20 años de gobierno del PP.