Las plantas submarinas demuestran la mejoría de las aguas en el litoral
Las muestras recogidas de posidonia oceánica presentan ahora menos aportes y materia orgánica procedente de tierra
Las plantas marinas han dado su propio veredicto sobre las aguas de baño en el litoral. Un estudio de la Universitat de Barcelona y del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CSIC), en colaboración de la Agència de l’Aigua, ha puesto en evidencia la mejoría del estado de las aguas litorales catalanas. Esa conclusión ha podido establecerse a partir del análisis de las praderas de posidonia oceánica, plantas que actúan como indicadores muy sensibles de cualquier alteración de la calidad del agua.
La evolución favorable en la calidad de las aguas en el litoral se ha podido confirmar al ser evaluadas las muestras de posidonia que fueron recogidas entre los años 2003 y 2010 por la red de vigilancia y seguimiento de la UB y del CSIC. Estos estudios comportan un exhaustivo análisis que incluyen la medición de la densidad por metro cuadrado de las plantas, o la presencia de nitrógeno, fósforo, metales pesados y demás contaminantes.
“Vemos que hay menos cantidad de nutrientes y de materia orgánica en la posidonia, y esto es muy positivo”, resume Guillem Roca, uno de los investigadores de la UB que han participado en el estudio. No sólo se aprecia una disminución de la llegada de nutrientes y de materia orgánica hasta el mar, sino que se detecta un aumento de la transparencia del agua, afirma la Agència de l’Aigua. El estudio no supone una valoración global del estado de las praderas de posidonia, en cuyo estado de conservación influyen otros muchos factores.
De hecho, las praderas de posidonia actúan como indicadores biológicos, muy útiles en la vigilancia ambiental, porque recogen el reflejo de las alteraciones que sufre el ecosistema marino. Hasta ahora, este tipo de bioindicadores habían servido, sobre todo, para identificar situaciones de degra- dación. La posidonia se agrupa en praderas submarinas muy valiosas ecológicamente, pues actúan como refugio para las especies.
Buena parte de todo esto se atribuye a la implantación los sistemas de saneamiento en Catalunya. Desde 1990 hasta 2010, los catalanes han hecho un notable esfuerzo económico al financiar más de trescientas plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas en Catalunya. Estas actuaciones han permitido reducir y retener la llegada de materia orgánica y de nutrientes. Los autores consideran que, teniendo en cuenta las inversiones que se efectúan cada año para tratar las aguas resulta básico disponer de un termómetro que permita evaluar su eficacia y que se convierta en una guía esencial para las políticas ambientales, por lo que hay que mantener el apoyo institucional y económico a programas de seguimiento de este tipo.
El seguimiento continuo permite utilizar la posidonia como un indicador de la calidad de las aguas