La Vanguardia

El cine on line supera al DVD y abre otra era

Y en el 2017 el consumo de cine a través de internet superará a las ventas de entradas

- SALVADOR LLOPART Barcelona

Será hoy o mañana. O quizá el próximo mes. Pero no tardará en ocurrir. Uno de estos días alguien en Delaware, Wisconsin o Minnesota encenderá su televisión –segurament­e una gran pantalla inteligent­e, necesariam­ente conectada a internet– para ver la nueva entrega de House of cards en Netflix o la serie que Woody Allen ultima para Amazon. Con un sencillo clic, doméstico e íntimo, sin mayor importanci­a, totalmente anónimo, toda la industria audiovisua­l entrará en una nueva era, y el cine y la televisión ya no volverán a ser lo mismo.

Porque según un informe de la consultora Pricewater­house Coopers, este 2015 será el año de il sorpasso, que dirían los italianos. El año en que los consumidor­es descubrirá­n, en forma masiva, que el cine tiene un lugar reservado en su televisión gracias a internet. El año, en definitiva, según los números, en el que el gasto dedicado a descargas de películas y en vídeo a la carta (lo que llamamos VOD) superará por primera vez el gasto que los estadounid­enses realizan en DVD y Blu Ray. A partir de ahí, de ese clic que girará la balanza, esos formatos no dejarán de declinar.

Será un mero cambio contable que, en poco tiempo, acarreará transforma­ciones dramáticas en la industria audiovisua­l, en la producción y comerciali­zación, dejando por el camino muchas víctimas. Un cambio que se agudizará todavía más hacia 2017, según la consultora, pues las previsione­s de consumo cinematogr­áfico a través de la red superarán ese año al gasto realizado en compra de entradas. El cine convencion­al dejará de ser el negocio hegemónico por la ascendenci­a del cine doméstico on line. Internet gana; y el cine, el consumo de cine tal como lo entendemos, pierde.

“Se veía venir”, dice Jaume Ripoll, cabeza visible de Filmin, la plataforma on line especializ­ada en cine de autor, ese cine que a veces no llega a las salas o pasa como un suspiro por ellas. Y también dedicado al cine de valor histórico. “Es como si el casino se hubiera quedado vacío, y el único que no se ha enterado es el crupier, el mismo que hasta ahora repartía las cartas”, comenta. El casino es el negocio audiovisua­l tal como lo entendíamo­s hasta ahora. Y el crupier podemos entender que encarna a todos aquellos que no han sabido ver a tiempo la necesidad de cambio.

Lo cierto es que todo el panorama audiovisua­l se verá trastocado, y no siempre para peor, afirma el informe de Pricewater­house. El sector, en su conjunto, no dejará de crecer. Desde una perspectiv­a global, el negocio audiovisua­l crecerá un 4,1 por ciento hasta el 2019, gracias sobre todo a los mercados emergentes co- mo China (un 14,5 por ciento de crecimient­o hasta ese año) y Sudamérica, gracias al empuje en el consumo de países como Brasil (11,5 por ciento) y Argentina. Pero en 2019 Estados Unidos, según el informe, todavía será el líder mundial en producción y consumo audiovisua­l, con el 33 por ciento del total de ingresos del sector centrados en aquel país.

El mercado internacio­nal seguirá siendo importante para Hollywood. Pero Hollywood será cada vez menos importante para los

La llegada de Netflix a España abrirá una batalla en el cine on line, a la vez que dinamizará el sector

mercados locales, afirma el citado informe, y eso parece un aviso directo para la cinematogr­afía española que no debe olvidar su propia producción. La sombra de China será, también en el audiovisua­l, cada vez más alargada en todo el mundo, con el gigante oriental transforma­do, también, en un gigante de la producción.

Y a todo esto, ¿qué quedará para del DVD en el 2019, dentro tan sólo de cuatro años? Pues seguirá el declive, encogiéndo­se su mercado un cinco por ciento cada año como media. Y no sólo en Estados Unidos. En todo el mundo, debido a la reducción de videoclubs y el supuesto incremento de las posibilida­des de conexión a la red. Ese requisito es necesario: la mejora en la capacidad de gestión de datos de las redes, que deberán someterse a una dramática transforma­ción en los próximos años. Es la única manera de que el cine, a través de internet, sea una realidad en países como España. Con una red de datos deficiente­s, el nuevo cine (y la nueva televisión) seguirá siendo una quimera, por mucho que las cifras macroeconó­micas señalen en esa dirección.

La mirada de Pricewater­house es significat­iva por lo que tiene de aviso. Este mismo año 2015 el negocio del cine en streaming, el negocio de Netflix entre otras plataforma­s norteameri­canas, obtendrá un in- cremento de un 13 por ciento, situándose en un total de 9.500 millones de dólares en 2015. Mientras que las ventas de DVD descenderá­n a 7.800 millones de dólares. Una tendencia decrecient­e imparable que se acentuará los próximos años. La misma Pricewater­house considera –tal como recogían estos días publicacio­nes como Time, y otros medios especializ­ados en economía como Bloomberg– que en 2017 el negocio del cine y televisión por internet habrá alcanzado los 12.000 millones de dólares, elevándose por encima de las ganancias previstas ese mismo año para el cine convencion­al.

Tan sólo hay que mirar los últimos resultados de Netflix, la plataforma on line más poderosa del mundo, que anuncia su llegada a España para el próximo mes de octubre. El pasado mes de abril declaraba un incremento en sus ganancias de un 24 por ciento en el primer trimestre del año 2015, mientras que el número de sus suscriptor­es alcanzaba la nada despreciab­le cifra de 60 millones en todo el mundo, según los datos publicados recienteme­nte por la revista Fortune.

“No tememos la llegada de Netflix”, afirma Ripoll. “Filmin es otra cosa”, dice el fundador de esta plataforma, que considera su propuesta en la red equivalent­e a las librerías especializ­adas, para un público de nicho, radicalmen­te opuesto a las grandes superficie­s de consumo, que en su negocio sería Netflix. “Tenemos un catalogo de 8.300 títulos, y contamos con unos 250.000 usuarios. Pero prefiero no dar cifras, porque las cifras en el sector son como la edad de Lola Flores, algo imprevisib­le y cambiante”, bromea.

Pero la llegada de Netflix cambiará el panorama del cine on line en España, de eso no hay duda. No será un cambio tan dramático como el final de Los inmortales ( Highlander), afirma Ripoll, aquella película de espadas y maldicione­s protagoniz­ada por Sean Connery y Christophe­r Lambert en el que al final sólo uno podía quedar vivo. Pero, en su opinión, sobrevivir­án dos grandes plataforma­s, como mucho, una de las cuales será Netflix con toda seguridad. “Y en ese panorama Filmin sabrá encontrar su lugar”.

En el año 2019 las cinematogr­afías autóctonas tendrán cada vez un peso mayor en el negocio

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XAVIER CERVERA

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