Ovarios infantiles
Expertos europeos y americanos piden criopreservación en el cáncer infantil
Una joven belga se ha convertido en la primera mujer que logra tener un hijo gracias a su tejido ovárico congelado. Cuando aún era niña, tuvo que someterse a un tratamiento que la dejó estéril, pero el tejido preservado antes le ha permitido ahora menstruar, ovular y quedarse embarazada.
Una joven belga se ha convertido en la primera mujer que logra tener un hijo gracias a su tejido ovárico congelado cuando aún era niña, cuando sus ovarios aún no habían madurado para producir óvulos. A los 13 años le diagnosticaron una anemia falciforme, una dolencia muy grave que requirió un trasplante de médula y una medicación que acabaría con sus ovarios. Antes, se le extrajo uno de ellos y se conservó en trocitos. El otro ovario quedó atrofiado por la quimio, pero cuando ya de mayor la joven se propuso intentar tener un hijo, ese ovario inservible se convirtió en el receptáculo del tejido preservado y le permitió tener por primera vez la menstruación , ovular y quedarse embarazada.
El resultado, publicado por la revista Human Reproduction, es la primera prueba de que funciona y vale la pena esa criopreservación infantil iniciada en muchos países hace algunos años: en España fue pionero el hospital de Sant Joan de Déu, que tiene conservado el tejido ovárico de 300 niñas y jóvenes, y también Vall d’Hebron, que puso en marcha el programa hace un par de años.
Ya se conocen decenas de casos de niños que han podido nacer gracias a esa criopreservación, aunque de tejidos ováricos adultos. “Pero que ya haya un caso con material de una niña que aún no ha llegado a la pubertad es una noticia importante para todos los servicios de oncología infantil”, asegura Anna Veiga, directora científica de reproducción del Institut Dexeus y del banco de lí- neas celulares del CMRB.
“Las niñas, porque de momento no preservamos en niños, con un diagnóstico con buen pronóstico son candidatas a esta preservación y creemos que es muy positivo para ellas. Claramente estamos apostando a que podrán convertirse en adultas y madres”, apunta Josep M. Gris, responsable del programa de Vall d’Hebron.
Coincidiendo con la publica- ción del caso de esta joven madre, las sociedades europeas, americanas y mundial de fertilidad y preservación se han reunido en el Institut Dexeus para acordar un documento guía común sobre cómo reservar y en qué casos. “El 50% de los oncólogos en Estados Unidos no conoce siquiera esa posibilidad de preservar la fertilidad, así que la primera labor que nos proponemos es que este documento de consenso sea ampliamente conocido para que todos los profesionales puedan informar a sus pacientes de que existe esta opción”, explica Pere Nolasc Barri, presidente saliente de la sociedad internacional y líder de Salud de la Mujer Dexeus. En el documento no sólo se incluyen los cánceres infantiles, sino enfermedades inmunitarias que re- quieren quimioterapia, endometriosis adultas que provocarán infertilidad, el retraso voluntario de la maternidad y también la conservación de la capacidad reproductiva cuando hay un cambio de sexo. “Para algunas sociedades científicas, como la americana de endocrinología, el especialista debe informar al paciente que va a cambiar de género de que cabe esa posibilidad, aunque parezca un contrasentido”, apunta Barri.
Sant Joan de Déu, con un programa pionero, tiene guardados parte de los ovarios de 300 de sus pacientes