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El relevo en el Ayuntamiento de Barcelona; y la amenaza terrorista contra los intereses turísticos de Egipto.
EL sector turístico egipcio ha vuelto a ser golpeado por terroristas en pleno inicio de la campaña de verano. El templo de Karnak, en la ciudad de Luxor, la antigua Tebas, que hoy es un conjunto considerado patrimonio de la humanidad, fue objeto ayer de un intento de atentado, frustrado por la policía, que repelió a dos terroristas cuando intentaban entrar en el recinto desde el aparcamiento. Uno de ellos hizo explosionar una bomba que llevaba adosada, lo que le causó la muerte. Hace apenas una semana, unos encapuchados asesinaron a tiros a dos policías que custodiaban las pirámides de Guiza, en el extrarradio de El Cairo, otro de los puntos de máximo interés arqueológico en el país.
La presencia del terrorismo contra intereses turísticos está devastando los países de Oriente Medio y el norte de África. Hasta el 2011, Siria, Líbano, Libia, Túnez y Egipto tuvieron en la presencia de visitantes extranjeros, atraídos por su riqueza monumental, uno de los pilares de su economía. En el caso de Egipto, desde el golpe de Estado contra el islamista Morsi, cuya condena a muerte deberá ser ratificada por el juez la próxima semana, la presencia de grupos yihadistas relacionados con el Estado Islámico, especialmente en el Sinaí y el mar Rojo –otros dos puntos básicos para el turis- mo–, había dirigido sus acciones casi exclusivamente contra el ejército y las fuerzas de seguridad. Pero el atentado de ayer tenía el objetivo de dañar claramente el sector turístico, como el que se perpetró en 1997, cuando un grupo terrorista atacó el complejo de Luxor y asesinó a 59 personas, en su mayoría visitantes japoneses y suizos.
Este golpe al turismo en Egipto llega en un momento en que las autoridades tratan por todos los medios de rehacer el sector, que en el 2010 recibió 15 millones de turistas y en la actualidad apenas nueve millones. Un sector que representa el 10% del PIB –en su mejor momento llegó al 13%– y que da trabajo al 13% de la población activa. En el Sinaí y el mar Rojo los hoteles apenas tienen cubierto el 15% de su capacidad. Las medidas de seguridad se han extremado, lo que explica que en la acción de ayer en Karnak no resultara herido ningún turista.
Sin embargo, la presencia del terrorismo es un factor que infunde temor y el turismo se decide por otros destinos en el Mediterráneo, especialmente España y Turquía. Mientras, Oriente Medio y el norte de África se desangran sin remisión, en un declive provocado por un yihadismo fanático que multiplica su presencia de forma alarmante.