Tiempos acelerados
La política en tiempos acelerados va cambiando de rostros, de nombres, de siglas y de contenidos. Todo es más liviano, más rápido y más breve en el mundo virtual. Las controversias adquieren categoría de crisis graves cuando deberían formar parte de la normalidad. No hay para tanto. Sería más interesante respetar al otro sin ser tildado de enemigo de nadie.
Desde las elecciones del 2012 el Govern ha abrazado la causa de la independencia a pesar de haber perdido 12 diputados por el camino. Mas siguió tras la firma de un pacto de legislatura con Junqueras que comportaba la celebración de una consulta para el 2014, transformado en el referéndum no oficial del 9-N.
Los resultados de las urnas en las europeas y en las municipales han mostrado que la fuerza de CiU ha ido deslizándose pendiente abajo. ERC no quiere participar en una lista única, aunque acepta que, si se alcanza una mayoría independentista, se puede ir a una declaración unilateral de independencia o seguir la última hoja de ruta, la decimoséptima, creo, para que
La imaginación del aparato político que rodea a Artur Mas ha roto con los discrepantes
en el plazo de 18 meses se someta la independencia a referéndum. Contra España y sin Europa. Pretender que Rajoy quiera entrar en una negociación es ilusorio. Me parece un error político de bulto del PP. El tiempo ya no juega a su favor. De hecho, ya no juega a favor de nadie. Las urnas se abrirán dos veces próximamente.
La imaginación del aparato político que rodea al president ha roto con el Estado. El “ellos” que muchos martes articula el conseller Homs en sus inefables intervenciones causa sensación en las cancillerías europeas. Se ha dado un portazo al Estado, al partido que lo gobierna, a todo el arco parlamentario y ni siquiera los nacionalistas vascos liderados por Urkullu participan de la visión de Mas y de su equipo de guardia.
Se disparó contra el PSC y ha quedado tocado, aunque no hundido. El abrazo con la CUP no sé qué réditos políticos puede tener. Joan Herrera, que estaba en una de las fotos unitarias primigenias, viaja ahora bajo el manto de Ada Colau, que este sábado puede ser la primera alcaldesa de Barcelona. Las relaciones con ERC sólo son aceptables si Mas sigue el proceso tal como lo entiende Junqueras.
Ciutadans es la tercera fuerza en el Ayuntamiento de Barcelona, y Albert Rivera hace y deshace gobiernos en España alejando a CiU del papel de intermediación en la política de Madrid.
Sólo faltaba el intento de dinamitar UDC, que se puede producir este próximo domingo si Duran pierde el referéndum. Unió se romperá si sus soberanistas, con una cobertura mediática formidable, consiguen derrotar a la cúpula que no quiere seguir a Mas. Se habría completado un ciclo. Voladura total y CDC transmutada en una supuesta lista del president que resumiría la historia de una obsesión con un final incierto.