La muerte del niño con difteria pone bajo el foco a los grupos antivacunas
Tras el fallecimiento del menor hospitalizado hace 29 días, Boi Ruiz apela a la responsabilidad y pide inmunizar
El pequeño de seis años infectado de difteria falleció la madrugada de ayer en el hospital Vall d’Hebron, donde llevaba 29 días ingresado. “Ha muerto de difteria, sí, difteria con mayúsculas, una enfermedad prevenible gracias a las vacunas”, insistió el conseller de Salut, Boi Ruiz. El niño no estaba vacunado por decisión de sus padres. Y aquí el conseller quiso romper una lanza en favor de los progenitores: “Ellos son las segundas víctimas de este suceso, porque fueron mal asesorados por grupos que se dedican a cuestionar la efectividad de la inmunización, y ahora su hijo está muerto”.
El menor comenzó a sentirse mal el 23 de mayo y al poco tiempo su estado empeoró. Cinco días después ingresó en el hospital comarcal de Olot, donde residía, con fiebre alta e inflamación de las amígdalas. Los médicos alertaron de una sospecha de difteria, por lo que enviaron una muestra de fluidos al Centro Nacional de Microbiología. El laboratorio confirmó la enfermedad a las pocas horas. El niño de Olot se convertía así en el primer caso de difteria en Catalunya en 30 años.
En el mundo occidental es una enfermedad prácticamente olvidada, porque la inmunización universal ha permitido controlarla y reducir al mínimo los casos. Esto dificultó la obtención de una antitoxina para combatir los efectos que causa la bacteria. La difteria produce una toxina que entra en el torrente sanguíneo y ataca las vías respiratorias y otros órganos, como el cerebro o los riñones. El Ministerio de Sanidad tuvo que acudir a Rusia para obtener el medicamento y empezar a tratar al niño, que ingresó en Vall d’Hebron con pronóstico muy grave el 30 de mayo. Aun así, el pequeño no ha podido superar los daños que la enfermedad le provocó. La bacteria le había afectado los riñones, el corazón y los pulmones, y sobrevivía intubado y conectado a máquinas que hacían funcionar sus órganos. “Se trataba de una cepa muy agresiva”, señaló ayer Montserrat Pujol, especialista de la UCI pediátrica de Vall d’Hebron. La familia del niño ha autorizado que el hospital realice la autopsia clínica del cadáver, y así obtener más datos de los efectos de la difteria. Los técnicos de Salut Pública siguen buscando el foco de la infección, aunque reconocen que será complicado dar con él.
Otros diez niños que mantuvieron un contacto estrecho con el menor fallecido son portadores asintomáticos de la enfermedad. El conseller insistió en que estos menores están seguros y no hay que temer por ellos, porque están vacunados y la enfermedad no puede desarrollarse ni afectarles. Aun así, están siendo medicados con antibióticos para eliminar la bacteria de su organismo y evitar que contagien a personas no vacunadas –en Olot hay 47 niños sin inmunizar–. Dos de los diez portadores ya han sido dados de alta y han abandonado la cuarentena porque están libres de la difteria. Los otros ocho continuarán con el tratamiento y el aislamiento hasta que los análisis indiquen que la bacteria ha desaparecido.
Boi Ruiz no pudo esconder ayer su enojo con los grupos y personas que “lanzan mensajes falsos sobre las vacunas” y les pi- dió que actúen con “responsabilidad”. “No existe ningún debate científico sobre la utilidad de las vacunas, hemos de escuchar a los que tienen el conocimiento, que son los médicos”, insistía.
Los padres del fallecido buscaron información en grupos antivacunas que desaconsejan la inmunización basándose en mitos y supuestos complots mundiales. Estos colectivos son minoritarios, apenas el 3% de la población no vacuna a sus hijos, aunque muy activos a través de internet. Por este motivo, Salut y Ensenyament lanzarán una campaña de concienciación a partir del próximo curso entre los padres que no presenten la cartilla de vacunación en la escuela –la piden todos los centros cuando un niño se matricula–. Los padres que no vacunen serán detectados y se tratará de convencerlos a través
La bacteria afectó órganos vitales del menor, que no pudo superar la enfermedad Los padres han autorizado la autopsia clínica para la investigación médica Salut descarta por ahora obligar a vacunar y apuesta por convencer Se identificará a los alumnos sin inmunizar y un médico mediará con las familias
de su médico de cabecera. “Lo ideal es que todo el mundo esté vacunado”, afirmó el conseller de Salut. Ruiz prefiere convencer a obligar y apuesta por mejorar la información a las personas. Si esta nueva campaña no funciona y la inmunización desciende, Salut se plantearía entonces abrir un debate en el comité de bioética sobre si obligar a vacunar o no. “Es un tema delicado porque entra en conflicto con la inviolabilidad del cuerpo”, dijo el conseller. En todo caso, Ruiz apeló al “sentido común”. “Esperamos que este desgraciado incidente nos haga reflexionar; la difteria, como otras, no es una enfermedad erradicada, sino controlada gracias a las vacunas”. En este sentido, Ruiz anunció que la Comisión Europea ultima un acuerdo para almacenar antitoxina de difteria por si surgieran nuevos casos.