La UB reconoce el esfuerzo que supone estar en el ‘top 200’ pese a los recortes
El presupuesto resta competitividad a las universidades españolas en los rankings
La Universitat de Barcelona (UB) ha conseguido mantenerse entre los 200 primeros puestos en el ranking de Shanghai, una de las clasificaciones de centros de educación superior más influyentes del mundo. Se trata además del único representante español en la lista, publicada este fin de semana. Ninguna otra universidad logra entrar entre las 200 mejores. ¿Es un mal resultado para las universidades del país? “Niego la mayor”, contesta rotundo el rector de la UB, Dídac Ramírez. Y sigue con sus argumentos: “En el mundo existen 25.000 universidades, y situarse entre las 200 mejores significa estar entre el 1% de mayor calidad; y si miramos por ramas de conocimiento, nuestra facultad de Medicina está en el puesto 75, por delante de la universidad de Frankfurt, la Católica de Lovaina, la de Tokio o la de Davis (Estados Unidos)”. Todo esto, reivindica Ramírez, “con un presupuesto mucho menor que estas universidades, con la losa de los recortes encima nuestro; el esfuerzo que hemos realizado para mantenernos arriba ha sido enorme”.
Así, la UB se sitúa en el tramo 151-200. El resto de universidades españolas aparecen a partir del puesto 200 en el ranking. La Autònoma de Barcelona, la Pompeu Fabra, la Complutense de Madrid y la Autónoma de Madrid se sitúan entre los puestos 200 y 300, y a partir de ahí están también la Politècnica de Catalunya o la de Valencia. Eso en cuanto a la clasificación global, porque si se mira por especialidades los centros del país salen mejor parados. El ranking de Shanghai también ordena los campus según el área de conocimiento –ciencias, medicina, física, economía, matemáticas...–. En prácticamente todos hay una universidad española entre los 75 o 100 mejores puestos. La Pompeu Fabra destaca en Economía, la Politècnica de Catalunya en Ingeniería o la Autónoma de Madrid en Física.
Aparte del presupuesto, existen otros factores que pueden condicionar la posición en los rankings de universidades. El de Shanghai en concreto valora el número de publicaciones en revistas internacionales de prestigio reconocido y el número de citas de los trabajos de sus investigadores. También la cantidad de ganadores de un premio Nobel o de medallas Fields (matemáticas) que imparten clase en sus aulas o han estudiado en ellas. Esto beneficia a las universidades anglosajonas, que lideran la educación superior desde hace décadas. Como cada año desde el 2003, la lista de Shanghai vuelve a estar copada por los centros de Estados Unidos y el Reino Unido. En la clasificación global, el puesto número uno es para la universidad de Harvard, seguida de Stanford y el MIT.