Serbia cede y permitirá a Kosovo obtener su propio código telefónico
Belgrado y Pristina dan más pasos para normalizar relaciones y acercarse a la UE
El deseo de Serbia y Kosovo de ingresar en la Unión Europea lo antes posible es más fuerte que los rencores históricos que ambos países se profesan. Bajo los auspicios de Federica Mogherini, alta representante de Política Exterior europea, los gobiernos de ambos países han dado más pasos, decisivos, hacia su reconciliación con la firma de nuevos acuerdos bilaterales sobre cuestiones altamente sensibles y simbólicas, como la luz verde a que Kosovo obtenga en breve su propio código telefónico internacional.
Mogherini ha calificado los pactos alcanzados a última hora del miércoles en Bruselas de “logro histórico en el proceso de normalización” de relaciones. “Soluciones como estas aportan beneficios concretos a la gente y, al mismo tiempo, permiten a ambas partes avanzar en su camino europeo”, añadió, reconociendo la dedicación demostrada por los primeros ministros de Serbia y Kosovo, Aleksandar Vucic e Isa Mustafa, en las negociaciones.
La declaración unilateral de in- dependencia por parte de Kosovo en febrero del 2008 fue amparada y reconocida por buena parte de la comunidad internacional (un centenar de países de la ONU, y 24 de los 28 socios de la Unión Europea). Sin embargo la falta de reconoci- miento por parte de Belgrado –y Rusia, entre otros– ha condenado al país a una serie de disfuncionalidades que poco a poco empiezan a resolverse, gracias al aliciente que ambos países comparten de acercarse a la Unión Europea
Entre los asuntos resueltos en la última ronda negociadora figura el acuerdo para que Kosovo pueda tener su propio código telefónico internacional, el +383, reservado hace algún tiempo para el nuevo país pero inalcanzable por sus propios medios al no formar parte de las Naciones Unidas. Belgrado, finalmente, ha cedido y facilitará el proceso a Pristina, firmando en su nombre la petición ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones, un organismo dependiente de la ONU, con lo que el país vecino pondrá fin al caos telefónico actual. El acuerdo formal sobre este punto será anunciado tras la reunión que el primer ministro kosovar celebrará con el secretario general de la UIT en Ginebra el próximo martes 1 de septiembre, explicó a este dia- rio un portavoz de la institución.
El plan prevé que el nuevo código telefónico kosovar sea publicado en el listín oficial de la ONU el 16 de septiembre y que el +383 sustituya progresivamente al +381 de Serbia, que se marca para llamar a líneas fijas en Kosovo, y a los distintivos de Mónaco y Eslovenia (+377 y +386), usados para los números móviles. Para Belgrado y Pristina era una cuestión simbólica, pero también tenía su vertiente económica, pues afectaba a licencias ya en vigor. El acuerdo prevé conceder una licen- cia de telefonía fija a Serbia Telecom. Fuentes diplomáticas europeas en Bruselas apuntan con precaución que “todo debe aún llevarse a la práctica”.
Belgrado se ha apuntado también una importante victoria política, la creación de una ‘asociación de municipios serbios de Kosovo’ que reunirá a una decena de entidades locales de mayoría serbia, a los que se concederá cierta autonomía en educación y economía. La asociación podrá recibir financiación de Belgrado. Tendrá su propia asamblea y un presidente que representará a los 80.000 serbios residentes en territorio kosovar ante Pristina y en el extranjero, según detalló ayer Vucic, primer ministro serbio, que planea visitar la región este mes.
Tras el fracaso de la ronda negociadora de junio, ambos gobiernos celebraron ayer los pactos alcanzados esta semana, que incluyen además protocolos sobre el uso del disputado puente de Mitrovica .“Consideramos este acuerdo un gran éxito que nos asegura la plena soberanía en todo el territorio de Kosovo, incluido el norte” (de mayoría serbia), celebró el líder kosovar. Belgrado espera obtener réditos políticos en su acercamiento a Europa. “Ya no veo ningún obstáculo a la apertura de los primeros capítulos negociadores” para el ingreso en la UE, reivindicó, esperanzado, Vucic. Aunque Serbia inició formalmente las conversaciones de adhesión en enero del 2014, todavía no se ha abierto ningún capítulo negociador y el proceso no avanza. Kosovo va un paso por detrás y aún no es candidato oficial. La condición final a la adhesión de ambos será el reconocimiento de su independencia pero Europa, oficialmente, no se mete en este asunto, que se deja para el final del camino .
Los kosovares han accedido a dar más autonomía a los municipios de mayoría serbia al norte del país