Mel Gibson quiere intimidad
El actor defiende su privacidad ante el idilio que tiene con una mujer 35 años más joven que él
En el pasado, no hubo nada que Mel Gibson o sus representantes pudieran hacer para contrarrestar la oleada de rechazo a escala mundial por sus declaraciones antisemitas tras ser detenido por un policía judío en Malibú. O las grabaciones filtradas a la prensa en las que se le oía insultando a su novia de entonces, la cantante rusa Oksana Grigorieva, con quien tiene una hija de 5 años.
El actor norteamericano criado en Australia simplemente aceptó las consecuencias de su caída en desgracia, desapareciendo de las carteleras y trabajando como actor gracias a la generosidad de su amiga Jodie Foster, quien le dio de todos modos el protagonismo en El castor, y más tarde protagonizó también Get the Gringo. Pero los años han pasado, las cosas con Grigorieva se han resuelto, logró
La prensa australiana toma partido por el artista después de que una fotógrafa le acusara de escupirle
recuperar a la menor de sus ocho hijos, Lucía, y su carrera se ha recuperado.
Su vida sentimental también parece estar pasando por un buen momento, y es público su romance con la campeona ecuestre Rosalind Ross, quien con sus 24 años le ha alegrado la vida al otrora galán, que ya tiene 59. Quizás por eso, cuando una fotógrafa del diario local The Daily Telegraph acusó en los últimos días a Gibson de haberle dado un fuerte golpe en la espalda, para luego escupirle reiteradamente mientras le decía to- do tipo de epítetos, simplemente por haberle tomado una foto con Ross cuando ambos salían de una proyección en un festival de cine israelí en Sydney, la respuesta de los representantes de Mel no se hizo esperar.
Alan Neirob, quien es el publicista personal del actor desde hace décadas y representa ante los medios a muchas otras grandes estrellas de Hollywood, rompió su silencio habitual para explicar que las cosas no eran como la fo-
tógrafa, Kristi Miller, ha contado una y otra vez en la prensa australiana. Neirob ha señalado que fue la empleada del diario, propiedad de Rupert Murdoch, quien hostigó a Gibson y a su “amiga”, a pesar de que el actor le pidió una y otra vez que no siguiera tomándole fotos. El publicista niega que haya habido contacto físico entre los dos, y especifica que todo el relato es un invento deliberado de la fotógrafa.
La prensa australiana ha toma- do partido por Gibson, e incluso un columnista del Brisbane Times, Bill O’Chee, defiende el derecho a la privacidad del actor, argumentando que Gibson se merecía ir al cine con su novia sin que le molestaran y que su reacción, aunque violenta, estuvo totalmente justificada.
Tras aparecer en la tercera parte de Los mercenarios en un papel de reparto, Gibson ha vuelto a ser protagonista en Blood Father, un thriller del francés Jean-Francois Richet en el que comparte cartel con Diego Luna, William H. Macy y Thomas Mann. Además, exactamente una década después de haber dirigido su última película, Apocalypto, trabaja otra vez tras las cámaras. Por eso se encuentra ahora en Australia, preparando Hacksaw Ridge, una película ambientada en la Segunda Guerra Mundial que contará con Andrew Garfield, Vince Vaughn y Sam Worthington en los papeles protagonistas.