La Vanguardia

Con acento de gol inglés

Michael Robinson es un icono de la comunicaci­ón deportiva que regatea a las pasiones y no soporta a los forofos

- JOAQUIM ROGLAN

Nacido en Leicester, Inglaterra, el año 1958, Michael Robinson es el presentado­r y comentaris­ta deportivo más icónico de Canal+. Residente en España desde que se retiró como futbolista en Pamplona, con su acento inglés, sus barbarismo­s y su sentido del humor y del fútbol, es un personaje popular y un ídolo en ciudades futboleras como Liverpool, Pamplona o Cádiz. Más cuestionad­o y polémico en Madrid, ejerce su flema inglesa y domina el arte de la ironía, lo cual hace gracia hasta a sus detractore­s.

Forjado como futbolista en cinco equipos ingleses y el Osasuna, no fue un crack ni un delantero y media punta brillante, pero las aficiones le querían porque era esforzado, se dejaba la piel en el campo y actuaba como un hooligan en el terreno de juego. Con un palmarés suficiente para jugar catorce veces en la selección de Irlanda y algún gol memorable y decisivo, era algo torpón y nunca ganó los trofeos que se otorgan a los mejores futbolista­s de Europa y del mundo. Pero desde la radio y la televisión, ha hecho más por el fútbol que algunas estrellas fugaces.

Partidario del buen fútbol, su opinión sobre el Barça le ha hecho sospechoso para el Real Madrid y su entorno político, económico y mediático. Pero el equipo de su corazón es el Cádiz, del que fue consejero y asesor deportivo y el club bautizó a su escuela de fútbol con su nombre y apellido. Consciente de la responsabi­lidad de apellidars­e Robinson, fue y es un pionero de la comunica- ción racionalis­ta televisada en una isla sembrada de trincheras apasionada­s. Su estilo y su vanguardis­mo se vieron en el programa Informe Robinson y El día después, así como en sus espacios deportivos de la cadena Ser, en su libro y en su blog.

Militante de separar la radio de la televisión y el fútbol de la política, ha ido y va por libre, porque Robinson es Robinson, pase lo que pase con Mourinho, Guardiola o don Florentino. Admirador del trabajo del malogrado Tito Vilanova, es un profesiona­l que si critica el juego de un equipo, su hinchada le ataca aunque tenga razón y le considera un rival aunque no lo es. No le gustan los forofos.

Con un hijo culé y una esposa a la que ama desde la escuela primaria, Robinson opina sobre asuntos como la política, la independen­cia de Escocia y Catalunya, la democracia inglesa o el estado del mundo. Nacido y formado en el concepto de libertad al británico modo, define el fútbol como un deporte de masas tendentes a la izquierda que practica gente de derechas. Su sentido común por delante y los valores deportivos en la cima de su ética, se confiesa agnóstico seguidor del papa Francisco, devoto de Nelson Mandela, y Obama le infunde admiración y respeto.

Supervivie­nte y a salvo de las fusiones de plataforma­s televisiva­s, ha pasado con Robinson lo que decía Cruyff sobre el fútbol: “Si pelota entra, gol. Si pelota no entra, no gol.” Es decir, si Robinson está en la pantalla se aprende buen fútbol y buena televisión, y si Robinson no estuviese en la pantalla el gol perdería su

acento inglés.

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EL PARTIDAZO DE CANAL+ / INFORME ROBINSON MOVISTAR +

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