La Vanguardia

El último escalón

Junto al Parlament, la joven que pidió la consulta en la V del 2014 da el relevo a diez jóvenes que pueden votar el 27-S

- SILVIA HINOJOSA

Volem pa amb oli”, cantaban ayer un grupo de rumberos, en los últimos minutos de la Via Lliure, subidos en el escenario situado al final de la Meridiana. Eran las seis pasadas, hora de la merienda, pero el pa amb oli que pedían eran un decir, si se permite la ironía. De hecho, acababan de pedir la independen­cia, a ritmo de rumba, acompañado­s de sus guitarras, y jaleados por los presentes, que cantaban y le daban a las palmas, sin soltar el puntero del color asignado. El público, nada menos que 1,4 millones, según los cálculos de la Guardia Urbana; muchos más, con los cientos de miles que veían la retransmis­ión en directo. La manifestac­ión de este Onze de Setembre, de marcado signo electoral, pedía la ruptura con España. Como suele decirse, un marciano que aterrizara en Barcelona cada año en la Diada advertiría el vertiginos­o in crescendo: en pocos años se ha pasado de protestar contra las sentencias del Constituci­onal y del Supremo a reclamar el derecho a decidir –la consulta soberanist­a del 2014– y la independen­cia, via

lliure a la república catalana. La movilizaci­ón arrancó a las 17.14, cuando muchos de los participan­tes llevaban una o dos horas en sus puestos, llenando los 5,2 kilómetros de la Meridiana. Llevaban camisetas blancas y un puntero de distinto color –había diez– según el tramo asignado. Debían alzarlo al paso de un puntero amarillo gigante, formando una gran ola visible desde el aire. Cuando llegó la hora de la verdad, los punteros –algunos hechos en casa, con cartulina, otros comprados– ya habían servido de abanico y de sombrero para protegerse del calor, y alguno estaba manchado o medio doblado, pero cumplieron su función. El puntero gigante, portado por una veintena de deportista­s, empleó tres cuartos de hora en recorrer toda la avenida hacia el Parlament. A su paso, nerviosa expectació­n, gritos de independen­cia, y colles de castellers levantando pilares.

Un minuto antes de que empezara el recorrido, había subido al escenario Emma, la joven que en la movilizaci­ón del 2014, la de la V, puso una papeleta en una urna, para pedir la consulta. Con ella, subieron ayer diez jóvenes, cada uno con una camiseta del color de un tramo de la vía, que cumplen 18 años, la edad para votar, el 27-S. Les dio el relevo. Simbólicam­ente, la movilizaci­ón buscaba subir el último peldaño, de la consulta a la independen­cia.

La independen­cia se pidió a ritmo de rumba en el escenario, con palmas y guitarras

La movilizaci­ón arrancó con las salida del puntero, a las 17.14, como ya es tradiciona­l

 ?? LUIS TATO ?? Los castellers levantan pilares durante el recorrido del puntero gigante, los 5,2 kilómetros de la avenida Meridiana, llena de estelades
LUIS TATO Los castellers levantan pilares durante el recorrido del puntero gigante, los 5,2 kilómetros de la avenida Meridiana, llena de estelades
 ?? LAURA GUERRERO ?? En el tramo inicial, en Sant Andreu, niños y mayores estaban listos para alzar su puntero
LAURA GUERRERO En el tramo inicial, en Sant Andreu, niños y mayores estaban listos para alzar su puntero

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