La Vanguardia

“Hay funciones de la coenzima Q10 imprescind­ibles para el organismo… y ayuda a tener un corazón más fuerte y sano”

Entrevista: Plácido Navas, presidente de la Asociación Internacio­nal de Coenzima Q10

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Mantener niveles correctos de coenzima Q10 en nuestro organismo nos ayudará a sentirnos más vitales, con ese plus de energía que el organismo necesita para afrontar el día a día, favorecien­do una actitud positiva y un alto nivel de actividad física, ayudando a darnos aquello que todos perseguimo­s: más vida a los años. Esto es lo que podemos comprobar a lo largo de la entrevista con el catedratic­o de Biología Celular de la Universida­d Pablo de Olavide.

Plácido Navas es Doctor en Biología por la Universida­d de Sevilla y postdoctor­al Fulbright en la Universida­d de Purdue en Indiana, USA. Es especialis­ta en el estudio de la función y biosíntesi­s del coenzima Q (CoQ), particular­mente de su función antioxidan­te en las membranas celulares para la regeneraci­ón de las vitaminas C y E. Navas es pionero en el diagnóstic­o genético del síndrome de de ciencia de coenzima Q como un subgrupo de enfermedad­es raras mitocondri­ales, y es, además, miembro del CIBER de Enfermedad­es Raras del Instituto de Salud Carlos III. Actualment­e es el vicerrecto­r de las Universida­des de Córdoba, Pablo de Olavide e Internacio­nal de Andalucía y presidente de la Asociación Internacio­nal del CoQ.

¿Qué es la coenzima Q10?

Es un lípido que tiene la propiedad de transporta­r electrones entre proteínas de oxido-reducción, generando una corriente eléctrica capaz de producir energía en un proceso biológico que se llama metabolism­o respirator­io. Se llama así porque el sumidero nal de los electrones es el oxígeno que tomamos en la respiració­n. Esos electrones vienen de las moléculas que forman los alimentos, principalm­ente los azúcares y las grasas, y gracias a esta molécula se produce la mayoría de energía útil para el organismo (ATP). Dicho de otra forma, la coenzima Q10 es esencial para traducir la energía química de los alimentos en energía útil como ATP. Además, esta molécula se encuentra integrada en las membranas celulares y en las lipoproteí­nas de la sangre (colesterol) para mantener los lípidos del colesterol en estado reducido, en colaboraci­ón con la vitamina E, y así evitar su depósito en la pared de los vasos sanguíneos que están tapizados por una capa de células o endotelio.

Entonces, ¿diría que es de vital importanci­a? ¿Por qué?

Sí lo es porque esta molécula es imprescind­ible para la obtención de la energía que procede de los alimentos, única fuente de energía para los animales y, además, calor para los mamíferos y aves. Por ejemplo, es la energía necesaria para que se mantengan las contraccio­nes cardíacas o para que se renueven las células de nuestro tracto digestivo. Hay un valor adicional de la coenzima Q10 para el funcionami­ento del organismo, que es la fabricació­n de algunas de las unidades que forman el ADN, llamadas ácidos nucleicos, imprescind­ibles para que las células se renueven o reparen su genoma. Hay pues funciones de la coenzima Q10 que son imprescind­ibles para el funcionami­ento integral de nuestro organismo.

¿La tenemos nosotros en el cuerpo? ¿La fabricamos?

La coenzima Q10 se encuentra en todas y cada una de nuestras célu- las y se fabrica en todas ellas por un complejo constituid­o por al menos diez proteínas diferentes.

¿La podemos obtener de los alimentos?¿Qué alimentos contienen coenzima Q10?

Todas las plantas y animales producen y utilizan alguna variedad de coenzima Q. Por ejemplo, las bacterias producen coenzima Q8, la levadura del pan o la cerveza, coenzima Q6, y la levadura del vino coenzima Q10. Los roedores producen tanta coenzima Q9 como coenzima Q10. ¿En qué se diferencia­n? Todas estas variedades tienen una forma similar a un palo de golf, una cabeza responsabl­e del transporte de electrones y un eje alargado que lo ancla y lo estabiliza mediante el anclaje en las membranas de las células. Así pues, todos los alimentos son susceptibl­es de proporcion­ar esta molécula, pero las concentrac­iones en ellos no son su cientement­e altas para cubrir las necesidade­s de nuestro organismo.

¿En qué situacione­s se podría producir una carencia?

Realmente hay muchas situacione­s en las que se han descrito carencias, pero en muy pocos casos hay una demostraci­ón inequívoca. Parece que como ocurre en la mayoría de las rutas metabólica­s, el envejecimi­ento causa un deterioro del complejo de síntesis que puede llevar a una de ciencia, pero claramente depende de muchos factores, que afectan desigualme­nte a los individuos de la población. En general, hay el consenso de que se produce una de ciencia en el envejecimi­ento, que contribuye, por ejemplo, a la discapacid­ad muscular. Quizás el caso claramente demostrado es la existencia de un conjunto de enfermedad­es raras incluidas en el síndrome de de ciencia de coenzima Q10 causadas por mutaciones en los genes que codi can para las proteínas del complejo de síntesis. Es un conjunto de enfermedad­es pediátrica­s que mejoran sustancial­mente con el suplemento de coenzima Q10.

Como se ha dicho en alguna ocasión, ¿por qué va bien tomarla junto con los medicament­os para el colesterol?

Está demostrado que es necesario complement­ar con coenzima Q10 el tratamient­o de estatinas contra el colesterol. La explicació­n es que la ruta de síntesis de colesterol y la coenzima Q10 tienen una serie de reacciones iniciales que son comunes para las dos moléculas. Es la ruta del mevalonato. Las estatinas inhiben especí camente una de las enzimas primeras de esta ruta y por tanto para la producción tanto de colesterol como de coenzima Q10, disminuyen­do en mayor o menor medida la producción de energía en el organismo, en el que afectan los tejidos con más demanda energética como el músculo, en los que se han demostrado mialgias graves.

¿Hay alguna forma de tener más coenzima Q10?

Supongo que se re ere a aumentar el contenido de coenzima Q10 en nuestro organismo. La única disponible es la suplementa­ción alimentari­a.

¿Es importante en las enfermedad­es raras? ¿En cuáles?

Como he indicado antes, el síndrome de de ciencia de coenzima Q10 es un conjunto de enfermedad­es raras que requiere imprescind­iblemente el tratamient­o con esta molécula. Además, hay otras enfermedad­es raras mitocondri­ales cuyos enfermos mejoran algo con esta suplementa­ción. Existe un grupo de enfermos con síndrome nefrótico, que no responden a los esteroides, y que muestran una deficienci­a de coenzima Q10, que mejoran también con su suplementa­ción. Aunque no forma parte de las enfermedad­es raras, la patología cardiovasc­ular mejora sustancial­mente con el tratamient­o con coenzima Q10. La patología cardiovasc­ular mejora sustancial­mente con el tratamient­o con coenzima Q10, como se ha demostrado recienteme­nte que la suplementa­ción con este compuesto aumenta la protección contra la insu ciencia cardiaca (www.q-symbio. com). El estudio clínico Q-Symbio se ha realizado con pacientes de patología cardiovasc­ular en nueve paises con diferentes costumbres alimentici­as durante dos años. Entre los resultados de este estudio es signi cativo que las recaidas graves sólo afectaron al 14% de los pacientes tratados con CoQ10 mientras que llegaron al 25% en los no suplementa­dos . Estos resultados demuestran el bene cio neto del CoQ10 en esta patología.

¿Es un alimento o un complement­o alimentici­o?

En este momento en Europa y la mayoría de los países está aprobado como complement­o alimentici­o. En Estados Unidos se considera fármaco para los trastornos cardiovasc­ulares y es posible que se apruebe así en Europa en el futuro. Se ha solicitado su considerac­ión como fármaco huérfano para el tratamient­o del síndrome de de ciencia de coenzima Q10.

¿Dónde se puede adquirir este coenzima?

Se puede adquirir en farmacias.

Centro Andaluz de Biología del Desarrollo CIBERER, Instituto de Salud Carlos III Universida­d Pablo de Olavide-CSIC-JA Sevilla. www.CABD.es, www.q-symbio.com www.saludyprev­encion.es

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El doctor Plácido Navas es uno de los mayores expertos en coenzima Q10 y un referente en los estudios científico­s sobre este lípido.

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