Con los dos Torres
Simeone ha reinventado otra vez el equipo inspirado en el que ganó la Liga hace dos años
El Calderón pone a prueba esta noche la última reinvención del equipo, una tarea a la que Simeone se aplica cada año y para la que en este verano se ha inspirado en la plantilla de hace dos temporadas, el proyecto más exitoso de la historia reciente del club, cuando ganó la Liga y estuvo a un minuto de hacerse con la anhelada Champions en Lisboa.
Tras una temporada pasada en la que los resultados no estuvieron a la altura, el Atlético hizo borrón y cuenta nueva. El experimento Mandzukic como delantero tanque no funcionó y la secretaría técnica del Manzanares no ha dado abasto este verano. El Atlético compró por 140 millones y vendió por 116, un auténtico trasiego de jugadores con una idea de fondo: olvidar la posesión y volver a las transiciones rápidas. Y un fichaje estrella que emule al añorado Diego Costa: Jackson Martínez, por el que el club pagó al Oporto 35 millones, la contratación más cara de la historia tras la de Falcao (40 millones).
Por ahora, el equipo tiene buena pinta y obtuvo una victoria solvente la pasada jornada en un campo tan difícil como el Pizjuán. Oblak se muestra infranqueable y la pareja de centrales uruguayos, Godín y Giménez, no desmerece la de Godín y Miranda. Los laterales, Juanfran y Filipe, cumplen. El centro del campo cuenta con la veteranía de Tiago y Gabi. Y junto a ellos se ha consolidado Óliver Torres, que aporta mucha más calidad que Raúl García, el centrocampista traspasado al Athletic. Tras un año cedido al Oporto Óliver se ha hecho titular indiscutible. No sólo eso. Simeone comenzó la pretemporada diciendo que Koke iba a ser su mediocentro. Dos partidos de Liga después, el Cholo ha mandado otra vez a la banda a Koke porque el centro del campo es para su joven jugador extremeño, el típico caso de niño que va para figura. A los 11 años Óliver vivía en Barcelona en la Fundación Marcet. No se adaptó y regresó a casa. Se lo rifaban las canteras de media Europa pero hizo las pruebas en el Atlético porque podía vivir en Alcorcón, que quedaba a 190 kilómetros de Navalmoral de la Mata. No le salió mal la jugada. A los 15 años Óliver ya había firmado su primer contrato con Adidas pese a los que dudaban de él por su corta estatura y su escasa complexión atlética.
Ahora, a los 20 años, Óliver Torres es el Arda Turan del equipo, el encargado de conectar con sus dos veloces delanteros, un Antoine Griezmann en estado de gracia y Fernando Torres, un viejo enemigo del Barça –en su primera etapa en el Calderón le hizo nueve goles– y al que el Cholo prefiere para esta noche por lo que se ha visto en los entrenamientos de esta semana antes que a Jackson Martínez.
Quedan en la recámara gente que apenas ha tenido minutos hasta ahora pero con tanto talento como los argentinos Luciano Vietto o Ángel Correa, futbolistas que pueden revolucionar un partido, meritorios con todo por demostrar y ganas de comerse el mundo.
El partido que quiere el Atlético esta noche está claro. Simeone lo visualizó ayer en la rueda de prensa de El Cerro del Espino: “Nosotros encerrados en nuestra mitad de campo intentando aprovechar una contra, pero dándole la situación del partido a ellos para poder salir”. O sea, el viejo Atlético contragolpeador, el Atlético de siempre.