España no quiere confianzas ante un rival asequible

Para España lo mejor de estar en la primera fase en un grupo complicado era el hecho de que el cruce de octavos del Campeonato de Europa podía ser más asequible. En teoría así es porque Polonia, rival al que se enfrentan esta tarde (18.30 horas) en Lille los de Sergio Scariolo, no tiene la calidad y la tradición de Serbia, de Italia o de Turquía. Pero que los jugadores españoles no se lleven a engaño si esperan un paseo sin oposición. Al menos a priori porque Polonia sólo ha perdido en el campeonato con Francia, por tres puntos, y con Israel, por dos. Es decir que ha vendido caras sus derrotas.

Aunque si España ofrece una buena imagen debe franquear otra barrera. Tras estar muy cerca de quedar eliminada la selección española sabe que ya no gana con la holgura de antaño. Si no defiende, los adversarios se le suben a la chepa. Está capacitada para vencer a cualquiera pero no puede vivir sólo del talento. Por eso los jugadores aspiran a mantener el nivel defensivo del partido ante Alemania para lograr salir al contraataque y realizar un juego mucho más fluido.

España sabe que es muy difícil que Pau Gasol le falle y espera que Sergio Rodríguez y Sergio Llull conserven la chispa que recuperaron el jueves. Si a eso se le suma el buen hacer de Pau Ribas y Mirotic se muestra consistente tendría que bastar para doblegar a Polonia, a quien España superó en Santander en el segundo partido de preparación por 71-64. Scariolo sólo tiene la duda de Rudy Fernández, que no se ejercitó ayer por sus constantes problemas de espalda. “Quiere ayudar pero está muy condicionado”, dijo el entrenador de España.

Los polacos cuentan con Gortat. Pero más allá de su pívot estrella también se aferran al timón del base estadounidense nacionalizado A.J. Slaughter y a la puntería de Adam Waczynski, jugador del Obradoiro que promedia en el Eurobasket 17,2 puntos, con un 52% de acierto en los triples. “Es un equipo duro, fuerte y grande”, ensalzó Scariolo. Una victoria hoy ya metería a España de lleno en la lucha por hacer algo grande y por lograr el objetivo mínimo, que es clasificarse para el preolímpico (lo juegan del tercero al séptimo). Una derrota le dejaría fuera y en manos de la FIBA, que repartirá tres invitaciones para el preolímpico.