Del erizo a las elfas
Tras seis años de silencio la autora de ‘La elegancia del erizo’ presenta su última novela
La aventura de dos niñas huérfanas que tienen la misión de restaurar la armonía en el mundo es el argumento de La vida de los elfos, la nueva novela de la francesa Muriel Barbery, autora en el 2006 de la exitosa La elegancia del erizo.
Después de darse a conocer con La elegancia del erizo, un éxito de ventas –también hubo película– la escritora francesa Muriel Barbery quiso darse un descanso. “El éxito de aquel libro me proporcionó suficiente tiempo y dinero para viajar y éste es el resultado”. En el marco de la Setmana del Llibre Català la autora presentó su última novela, optimista y crítica a la vez, La vida de los elfos (Seix-Barral, en catalán Ed.62), donde reivindica la búsqueda de la inocencia, “la que perdemos definitivamente un día y sólo podemos recuperar desde la ficción”. Le costó mucho, añade, “que la música de la palabra escrita fuera la misma que yo tenía en mi cabeza”.
Historia inusual, mágica, relata el vínculo entre dos huérfanas que descubren que son de naturaleza élfica y reciben la misión de restaurar la armonía del mundo, “rescatan mi antigua fijación por la fantasía, esa que nos marca desde pequeños, que varía incluso según la saga familiar”. María vive en un remoto pueblo de Borgoña y Clara en Roma. Tienen doce años y con su don deberán librar una batalla contra una amenaza que se cierne sobre la especie humana. “Me dicen que estoy obsesionada con el mundo de las niñas y adolescentes, pero ese –excepto, tal vez, el amor al arte– es el único punto en común en mis obras. Por lo general no puedo pisar por el mismo camino, necesito territorios nuevos”, explicó Barbery.
Ha cambiado mucho. Le costó, reconoce, dejar la primera persona que venía utilizando. “De hecho me sorprendí mucho de mi misma, escogiendo el tema y el estilo. No fue premeditado. Nació así. A mi que cuesta muchísimo escribir en tercera persona, ... pero estoy satisfecha”. También ha puesto en práctica una mezcla de géneros, “un eclecticismo que me permite incluir fábulas, cuentos, realidades...”. Incluso el espacio escogido se ubica en las antípodas de La elegancia... “Mientra que allí ocurrían cosas en 40 metros cuadrados, aquí los elfos necesitan todo un universo de imaginación para vivir”.
El nuevo libro, verdadera oda a la naturaleza, rescata el deseo primiti- vista “tan propio de los pueblos aislados” de preservar los paisajes. Es consecuencia de los dos años que pasó en Vila Kuyojama, en Kyoto, y el tiempo en que residió en Amsterdam. El primer destino sació la fascinación que Barbery ya tenía por la estética japonesa, en el segundo se impregnó del arte de los pintores flamencos. “Estando en Japón me sentí rodeada de una belleza absoluta. Le dije a un amigo que los jardi- nes japoneses eran élficos, de ahí surgió todo”.
Actualmente, Muriel Barbery (Casablanca, 1969) reside en Touraine, en plena campiña francesa. Reconoce que han sido definitivos sus recuerdos de infancia en el campo (“lo que más me gustaba a la edad de las protagonistas era leer, comer
‘La vida de los elfos’ relata el vínculo entre dos huérfanas que reciben la misión de restaurar la armonía
e ir en bicicleta; no he cambiado mucho”), y la afición de su padre por el piano, su obsesión por reconciliar al ser humano con el entorno. “Escribo a una hora silenciosa, al alba”. Su admiración por Tolkien es evidente. El resultado, inquietante, mágico para algunos, demasiado ingenuo para otros. La autora sigue fascinada por la capacidad de inventar. “Por eso me ha interesado más la literatura que la filosofía”.
Habrá segundo volumen –una parte se desarrollará en España– de esta vida de elfos. “Quiero explicar una guerra, una gran guerra, ahora que ya me he quedado en paz explicando la necesidad de escoger entre el apocalipsis y la preservación del planeta”.