Los temas del día
Los preparativos para recibir a los emigrantes sirios en España, y las variadas previsiones sobre la evolución futura del precio del barril de petróleo.
HAY incertidumbre sobre cuánto tiempo durará esta etapa de petróleo barato de la que, fundamentalmente, se beneficia la Unión Europea y el resto de países energéticamente dependientes, para quienes los actuales precios del crudo constituyen un inesperado plan de estímulo al crecimiento económico. No sucede lo mismo para los países productores, que ven gravemente mermados sus ingresos, ni para las compañías petroleras, cuyas cotizaciones en bolsa se han hundido. Para ellas esta situación es una auténtica crisis del petróleo y buscan soluciones para afrontar el descenso de beneficios que les supone, bien a través de la reducción de gastos o bien a través de eventuales fusiones.
Desde junio del 2014 el barril de petróleo ha pasado desde los 115 dólares hasta poco más de cuarenta. Ha sido un descenso impresionante atribuido a diferentes causas que todavía se mantienen en la actualidad. La menor demanda mundial, debida fundamentalmente a la desaceleración de China, que es el primer consumidor mundial, se combina con una mayor oferta de crudo. A la masiva producción de petróleo de Estados Unidos, que se ha convertido en el primer productor mundial gracias a su apuesta estratégica por el fracking, se suma la política de Arabia Saudí y del resto de países del golfo Pérsico –que tienen las mayores reservas del planeta– para mantener los flujos de suministro, no perder cuota de mercado e intentar hundir los precios para dejar fuera de mercado las explotaciones estadounidenses, cuyos costes de extracción son muy elevados. En realidad son ya varias las empresas de fracking de Estados Unidos que han tenido que cerrar.
Las propias compañías petroleras, que son quienes mejor conocen el sector, no se atreven a hacer pronósticos sobre cuánto tiempo podrá mantenerse esta situación, inédita en la historia reciente, y preparan sus estrategias para poder resistir un período largo.
La indecisión domina el mercado de cotizaciones del petróleo, que no deja de oscilar entre los cuarenta y cincuenta dólares por barril. El último informe de la Agencia Internacional de la Energía vaticina que, finalmente, los países productores de la OPEP reducirán su producción y que la demanda aumentará, pero hay organismos y estudios que afirman que sucederá lo contrario. Algunos, como Goldman Sachs, estiman que continuará la sobreoferta de petróleo, con la vuelta de Irán al mercado, hasta el punto que podría llegar a caer hasta los 20 dólares, lo que sería toda una revolución con efectos impredecibles. La incertidumbre reina plenamente, pues, con respecto al futuro del petróleo.