Vuelta a la normalidad
Operación Meridiana no es la denominación de un dispositivo policial contra el yihadismo o el tráfico de estupefacientes sino la de una campaña de Sociedad Civil Catalana (SCC) para “divulgar las ventajas de pertenecer a España y denunciar las manipulaciones soberanistas”. La entidad anunció ayer su “vuelta” a la gran avenida barcelonesa para instalar allí carpas donde se atenderá a quienes se acerquen “para informarse sobre la actualidad”. El comunicado al respecto celebraba “la vuelta a la normalidad en la ciudad de Barcelona después del paso de una concentración partidista y separatista...”.
La “vuelta a la normalidad”. La “vuelta a la normalidad” es que SCC instale sus carpas en la Meridiana ayer y hoy como si alguien se lo hubiese prohibido el viernes. Raro. Pero más inquietante aún resulta preguntarse qué fue lo “anormal” que se vio el viernes en la Meridiana. ¿Una manifestación pacífica y democrática, perfectamente amparada por todas las legalidades vigentes? ¿Que se reclamase un Estado propio por idéntica vía? ¿Que el acto, reivindicativo, político, cívico y festivo, reuniese a centenares de miles de personas por cuarta vez consecutiva en la Diada? ¿Que no se rompiese ni un mal plato?
Uno es bastante alérgico a todo lo que se define como “normalidad”. Foucault demostró en su Historia de la locura en la época clásica cómo hasta los siglos XVII-XVIII a los “locos” se les trataba como personas “especiales” y no fue hasta la creación de los “manicomios” cuando adquirieron la condición de “enfermos mentales”, paso previo a su aislamiento del resto. ¿A qué viene esa insistencia de los contrarios al independentismo por expulsar de la “normalidad” a todos los que no piensan como ellos? ¿A qué esas llamadas a la “cordura” ante el 27-S, como las de Felipe González en su “Carta a los catalanes”? ¿De qué “normalidad” se trata, esa a la que hay que volver?.
El “unionismo” civil debería revisar su lenguaje de combate. En ocasiones puede confundir y espantar incluso a los suyos: a aquellos a quienes tiene por los más “normales”.