Obstinado o intransigente
En unas elecciones convencionales, los votantes se sienten copilotos, siquiera por un día, de la sociedad; creen poder corregir su rumbo y hacerla más exclusiva o más inclusiva. Ante el 27-S, los votantes sienten que han sido convocados a bordo para cambiar el pabellón del barco. Los partidarios del sí –que aspiran a construir otro Estado– han exhibido gran obstinación. Los partidarios del no –en particular, los que defienden los poderes del Estado español– han mostrado una intransigencia mineral. Quienes preferimos una salida negociada somos acosados por obstinados e intransigentes. No conciben que se pueda criticar una opción sin estar a favor de la otra. En un barco amotinado el pasaje estorba tanto al capitán como a los sublevados. Hasta que toma partido.
¿Qué expectativa genera un choque de obstinados e intransigentes? Depende de qué acepción demos a la voz expectativa. A: situación de alguien que espera obtener una cosa, por ejemplo, una herencia o un empleo. B: posibilidad de que algo ocurra de determinada manera, según análisis de las circunstancias. Opto por la B. Y lamento decir que la expectativa no es feliz. La tropa de intelectuales más o menos orgánicos de ambos lados ha vuelto de las vacaciones muy ofendida y gritona. Presidentes y expresidentes han relacionado al rival con quienes llegaron al poder en la Alemania de los años treinta. En campaña, la mar tiende a encresparse. Habrá pues que usar traje de aguas. Y, sobre todo, habrá que templarse para evitar que la pelea de capitanes se extienda y se agrave entre el pasaje.
Habrá que templarse para que la pelea entre capitanes no se extienda al pasaje