Días decisivos
Con la Diada como banderín de enganche, la campaña ha empezado a andar. Eso si no consideramos campaña el largo tramo político ya recorrido que, siendo preámbulo, es cuerpo del proceso. En estas llega el CIS e iguala sus resultados a los de otras encuestas. Y dándole una mayoría al independentismo nos dice que todo está abierto y todo es posible porque puede ser suficiente para gobernar pero no para caminar hacia la independencia. O viceversa si las CUP empujan el carro secesionista pero se desmarcan del día a día porque no quieren a Artur Mas de president.
¿Resultado? La campaña oficial vuelve a conver- tirse en ese período decisivo que hace tiempo dejó de ser. Recuperamos el interés por lo que se dice y el contraste con lo que se hace. Escrutamos los discursos y leemos los programas que anularon nuestra atención por haber sido los textos de las grandes contradicciones y la doctrina de las incongruencias antes de convertirse en papel de deshecho. Sintetizando: la campaña cuenta. Y será la prueba del algodón de unas formaciones que no pueden resbalar. Tampoco las que, sin restarle gravedad al 27-S, miran de reojo las generales de diciembre.
Albert Rivera asume el protagonismo que siempre tuvo cuando sólo se ocupaba de Catalunya a sabiendas de que Ciutadans es él. Como Iglesias es Podemos, Sánchez seduciendo más como Felipe que como Zapatero y Rajoy sin quitarse de encima la larga sombra de Aznar. Señoras y señores, hagan juego. La ruleta ya gira.
Las encuestas nos dicen que todo está abierto y que la campaña vuelve a contar de nuevo