El partidazo de tu vida (II)
Según la última encuesta del CIS, un 15,5% de los catalanes aún no sabe con quién casarse el 27 de septiembre, y el 9,6% no contesta a esta cuestión. Eso equivale a una cuarta parte de los votantes. Sigo con mis frivolidades para ver si al final los indecisos consiguen llevarse un buen partido. ¿Cómo serían las candidaturas, si fueran un tipo de hombre? Desde la comparación más personal y prescindible, deduzco que más o menos así.
Guanyem Catalunya. Es el gafotas del colegio que siempre iba en chándal. Buena gente y no mal alumno, llamaba poco la atención. Habría sido un secundario en cualquier película. Era tranquilo y sensible, a veces demasiado, y podría haber sufrido bullying si no fuera porque caía bien a casi todos sus compañeros, que le defendían ante los matones y le hicieron delegado de clase. Así desarrolló su conciencia social y su capacidad organizativa. De repente, resulta que lo de llevar gafas es hipster, lo de ir en chándal es normcore, y el indie es el nuevo mainstream. El chico se ha puesto de moda y los malotes no molan.
Partit Animalista Contra el Maltractament Animal. Cuando se levanta, le dedica un saludo al sol y otro al perro cojo que encontró abandonado en la carretera. Como es vegano, se toma unas hierbas para desayunar que le ponen en contacto con la naturaleza, mientras los pájaros le hablan en vez de piar. Sus libros preferido son Ánima, de Wajdi Mouawad, y el Llibre de les bèsties, de Ramon Llull, a quien votaría de presidente si pudiera. Desde que sales con él, comes jamón a escondidas, como otros fuman sin que sus parejas lo sepan. Tuviste que acostumbrarte a evitar los restaurantes decorados con motivos taurinos, y a que, como apelativo cariñoso, te llame “bicho”. Se enfada si sueltas que algún político es un animal, porque los animales no merecen un insulto semejante. Cuando te dijo que se llamaba Pacma, entendiste Pac-Man, el comecocos.
Pirates de Catalunya. No sé. Creo que dijo que salía a comprar tabaco, o algo.
CUP. Te enamoraste de él en la facultad. Fuisteis juntos a la mani contra el desalojo del cine Princesa. Hacíais piña frente a la comisaría cada vez que detenían a vuestros amigos okupas, y tomabais litronas en los centros sociales autogestionados de Sants. El mundo era injusto, el sistema también, pero él era bello por dentro y por fuera, y leíais mucho, sobre todo poesía. Han pasado casi veinte años. Es tan auténtico, que no ha cambiado de chaqueta ni de peinado desde entonces. Sigue escuchando Eskorbuto los domingos por la mañana y bebiendo birra a morro. Habla siempre en femenino, aunque lo haga en primera persona, y te parece demasiado idealista en un espacio donde no se suele tener respeto por quien no tiene malicia. Tú te has convertido al romanticinismo y a menudo le dirías: “¡Crece de una vez!”. Pero, en el fondo, no quieres que lo haga. (Continuará).
El mundo era injusto, el sistema también, pero él era bello por dentro y por fuera