Ataque de personalidad
Vivir sin tu principal estrella durante un tramo de la temporada suele ser un obstáculo de armas tomar pero cuando un crack se ausenta o es suplente de manera puntual lo que acostumbra a ocurrir, sobre todo en equipos de empaque, es que el resto de jugadores saltan al césped concienciados de que ese día todos tienen que dar un poquito más para que no se note tanto que el guía se encuentra en el banquillo. Es lo que ocurrió anoche en el Calderón, un estadio por cierto en el que Leo Messi ya fue suplente hace un par de temporadas cuando Gerardo Martino decidió reservarlo porque salía de una lesión.
En Anoeta, en la anterior suplencia del argentino, hubo comentarios entre Neymar y él en los que demostraban que no estaban nada contentos con la decisión de Luis Enrique. Anoche, al menos cuando las cámaras le enfocaron, se pudo ver a un Messi hasta sonriente. Señal de que pactó sus minutos con el entrenador y de que debía estar gustándole lo que estaba viendo, aunque se avanzara el Atlético.
Porque el jugador llamado a ser su heredero dentro de un tiempo, Neymar, no faltó a su cita con el Manzanares. Hay voces autorizadas en Brasil, como la del exinternacional Leonardo, que afirman que el barcelonista no es un líder, pero si algo tiene es osadía. No se arruga nunca y cuanto más agreste es el escenario más suele manifestarse. Sólo así se entiende que le haya metido ya seis goles al Atlético, su víctima preferida, cuatro de ellos en terreno rojiblanco. No fue el único que dio la cara ni el único que resistió los avatares que empezaban a acumularse en forma de lesiones y de decisiones arbitrales que ya claman al cielo.
Al Barça le dio un ataque de personalidad para mantener su patrón sin su timón y para transmitir que si es el campeón de Europa es porque tiene al mejor futbolista pero no todo se limita a un solo jugador. Triunfó el colectivo desde la convicción y la valentía. El Barcelona podía acoquinarse con su faro fuera del once inicial pero puso los cimientos para que luego saliera el número 1 a decidir. La varita de Leo fue la guinda definitiva pero los que salen también reforzados son el conjunto y Luis Enrique. Cada día más técnico.