La desgracia de Vermaelen
El central belga se rompe a la media hora por una lesión muscular
Alos veinticinco minutos el mundo se le hundió a Thomas Vermaelen, otra vez lesionado. Fue en una jugada intrascendente en el centro del campo, notó un pinchazo y se tumbó en el suelo, entre gestos de dolor porque acababa de sufrir una lesión en el sóleo de la pierna izquierda. El héroe de la victoria ante el Málaga, el jugador que cumplía cinco partidos seguidos titular, el suplente del sancionado Piqué, tenía que ser sustituido por Mathieu. Hasta entonces el Atlético apenas se había aproximado al área.
Con la de Vermaelen, es la séptima lesión muscular de un jugador del Barça desde que empezó la pretemporada: Douglas, Alves, Adriano, Alba, Sergi Ro- berto y Claudio Bravo le habían precedido. Pero lo de Vermaelen es un caso reiterada de mala suerte. Lesionado el 22 de junio del 2014 con la selección belga en el Mundial de Brasil, el central se pasó diez meses en el dique seco por una rotura en el músculo semitendinoso de su pierna derecha. Pasó por el quirófano en Finlandia en diciembre y recibió el alta médica el domingo 26 de abril. La temporada pasada sólo pudo jugar un parti- do. En esta, tras la sanción de cuatro partidos a Piqué en la Supercopa, Vermaelen estaba ante su primera gran oportunidad como blaugrana. Hasta ahora había demostrado ser un central de garantías, y además goleador, una apuesta de Luis Enrique que lo prefería antes que a Bartra o Mathieu.
Precisamente, por el centro de la defensa vino el primer gol del Atlético al comienzo del segundo tiempo en la mejor jugada de los rojiblancos hasta el momento, una gran combinación entre Griezmann y Tiago que aprovechó el portugués para filtrarle un pase a Fernando Torres, que se coló entre Mascherano y Mathieu para batir con habilidad a Ter Stegen con un remate que entró tras pegar en el palo, el décimo gol que le marca al Barcelona en dieciséis partidos el delantero de Fuenlabrada en sus dos etapas con los colchoneros.
El gol enloqueció al Calderón pero la alegría apenas les duró tres minutos, el tiempo que tardó Neymar en colar una falta por la escuadra de Oblak, hasta entonces imbatido en la Liga.
Neymar, que hasta entonces había sido el jugador más pitado por el público, volvió a sacar de quicio al Calderón en cada una de sus acciones. Con el 1-1 de Neymar y la salida inmediata de Messi, recibido con una fenomenal pitada, el partido viró de forma casi definitiva para los visitantes. Tan replegado estaba el Atletico , tan metido en su área, que en muchas fases sólo se veía un enjambre de equipaciones rojas en pocos metros en torno a Oblak. De hecho, tan parecido era el color de las camisetas de unos y otros que algunos jugadores se confundieron en pases de larga distancia y le entregaron el balón al contrario. No se confundió el Barça a falta de un cuarto de hora cuando una triangulación a velocidad supersónica tras una pérdida de balón de Griezmann desbarató la defensa rojiblanca. Messi combinó con Suárez, que se la devolvió al argentino para dejarlo delante del portero esloveno, al que batió de un toque sutil justo enfrente de la portería donde el Frente Atlético se desgañitaba.
El gol fue un bajonazo para el Calderón. No dejó de animar, pero sin la intensidad de la primera hora y ya con muchas dudas. Entró Vietto, otro debutante en la Liga, para tratar de arreglar el estropicio que estaba causando Messi.
Tuvo un poco más de llegada el equipo de Simeone, aunque no torció el sino del partico, convertido los últimos minutos en un rondo gigante del Barcelona en las inmediaciones del área rival. Por entonce el Frente Atlético cantaba ya el clásico “Atletico. échale huevos, échale huevos”, el mejor síntoma de una desesperación irremediable.
EL DIABLO NEYMARA falta de Piqué, el Calderón pitó en cada acción a Neymar, con el que tenía cuentas pendientes de la temporada pasada
EQUIPACIONES PARECIDAS El color rojizo de las camisetas de los dos equipos provocó que los jugadores se confundieran al dar algunos pases largos