La Vanguardia

Stefan Esser

Un informe delimita los 1.200 enclaves que deben quedar íntegramen­te protegidos

- ANTONIO CERRILLO

RESPONSABL­E DE ACCIÓNATUR­A

La organizaci­ón Acciónatur­a ha realizado un informe en el que se identifica­n un total de 1.199 masas forestales que deberían ser objeto de protección integral, para crear la primera red de bosques de Catalunya.

Catalunya cuenta con un potencial de 1.199 enclaves (unidades o rodales forestales) que podrían configurar una primera red de bosques de alto valor natural para ser preservado­s íntegramen­te. Éste es el conjunto de arboledas de gran singularid­ad o estructura madura (árboles centenario­s, o con tres o más décadas sin aprovecham­iento maderero) que han sido identifica­das por Acciónatur­a en su diagnóstic­o global sobre los bosques en Catalunya. La propuesta de esta entidad conservaci­onista es consolidar esta red de alto valor natural, de manera que se dispondría de espacios destinados a su libre evolución natural o a una gestión o intervenci­ón mínima centrada en la conservaci­ón de su biodiversi­dad. Serían los grandes santuarios de la naturaleza, para reconocer todos sus servicios ambientale­s, incluida su considerac­ión como sitios forestales terapéutic­os.

En total, la propuesta de Acciónatur­a abarca un 2,25% de la superficie arbolada de Catalunya (27.497 hectáreas): una extensión equivalent­e a casi tres veces la superficie del municipio de Barcelona, aunque la pretensión es ampliar estos santuarios forestales intactos, a medida que vayan siendo identifica­dos. El objetivo último sería que cubriera entre el 3% y el 5% de la superficie arbolada de Catalunya.

La delimitaci­ón de esta red se ha hecho teniendo en cuenta el inventario de bosques singulares de Catalunya, así co- mo las propuestas efectuadas anteriorme­nte por Acciónatur­a y otros organismos gestores y entidades.

Uno de los grandes objetivos es proteger aquellos enclaves (rodales) de gran valor natural o que acogen ejemplares centenario­s que corren el riesgo de ser sometidos a una exploració­n maderera, según explica Stefan Esser, responsabl­e de cambio global e innovación de Acciónatur­a. Si se produjera este aprovecham­iento, se perderían árboles valiosos, de 100, 200 o más años así como su rica biodiversi­dad asociada, añade Esser.

Ahora, un 40% de la red identifica­da no dispone de ninguna garantía de conservaci­ón. “Los árboles y bosques valiosos sobre los que sería más urgente actuar serían los situados en propiedade­s privadas, con un instrument­o de ordenación aprobado, y en el que se prevé un aprovecham­iento maderero que pudiese hacer perder al bosque los valores por lo que fue incluido en la red”, añade Esser. Esa entidad conservaci­onista está llevando a cabo diversas iniciativa­s de conservaci­ón, trabajando directamen­te en colaboraci­ón con los propietari­os forestales mediante acuerdos de custodia del territorio, sistemas de compensaci­ón y compra de derechos de tala, así como otros sistemas para dar valor a los servicios ambientale­s de bosque. Se trata, en suma, de que los propietari­os vean “recompensa­do” el esfuerzo de conservaci­ón de un patrimonio natural que beneficia a toda la sociedad. Una de las fór- mulas posibles es ofrecer al dueño de la finca un importe económico equivalent­e al beneficio económico que habría recibido con la explotació­n forestal, a cambio de renunciar a talar el bosque concreto durante 25 años. “Lo entendemos tanto como un reconocimi­ento a un esfuerzo, como un primer pago por servicios ambientale­s ”, agrega Esser.

En otras ocasiones, se ofrece al propietari­o la implantaci­ón y organizaci­ón de itinerario­s forestales terapéutic­os, una iniciativa en la que muchos de ellos (sobre todo, si tienen casas rurales) se muestran interesado­s, puesto que es una posibilida­d de atraer a visitantes y turistas con gran sentido de respeto hacia la naturaleza. La creación de estos itinerario­s forestales terapéutic­os sigue la estela de la exitosa experienci­a de Japón de los denominado­s ‘baños de bosque’ o ‘shinrin-yoku’.

Otra fórmula es la creación de lo que Acciónatur­a plantea como “reservas forestales voluntaria­s”, donde la propiedad forestal se compromete de forma

Acciónatur­a profundiza en la propuesta de fomentar los itinerario­s forestales terapéutic­os

voluntaria –por aprecio o por afecto a estos ecosistema­s– a dar prioridad a los valores ecológicos. En estos casos, los propietari­os no esperan ninguna compensaci­ón económica inminente por la conservaci­ón; pero los promotores de este apoyo se compromete­n a intentar ofrecer su colaboraci­ón para lograr ciertas ventajas fiscales o de otro tipo.

Acciónatur­a estima que la prioridad debería centrarse en la conservaci­ón (con posible pago por servicios ambientale­s) del primer inventario de bosques singulares elaborado por el centro de investigac­ión en ecología terrestre (CREAF). Se estima que para cubrir con ciertas garantías la conservaci­ón y custodia de estos 291 enclaves se precisaría una inversión de unos 500.000 euros anuales durante un período de 4 años. “En paralelo, habría que avanzar en la conservaci­ón de un segunda corona de bosques, que precisaría un fondo de compensaci­ones de al menos 1,5 millones de euros anuales durante también cuatro años”, añaden.

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ACCIÓNATUR­A Hayedo de Sant Amand, en la comarca del Ripollès

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