La izquierda europea prepara un plan B contra el dictado bancario
“¿Para qué necesitan la Wehrmacht si tienen la troika?”, se pregunta Varufakis
“No pasará nada en Europa hasta que la rebelión arranque en Francia”, dice el exministro griego
Traumatizada por la derrota en Grecia, obligada en julio a tragar algo mucho peor de lo que rechazó en las urnas, la izquierda europea se coordina para impedir una repetición en otros países de lo que presenta como un “golpe de Estado”. Desde París cinco de sus líderes, los exministros de Economía o Finanzas Oskar Lafontaine , Yanis Varufakis y Stefano Fassina, así como la presidenta del Parlamento griego, Zoe Konstantopulou y el fundador del Front de Gauche francés, Jean-Luc Mélenchon, convocan a una cumbre internacional para un Plan B en Europa a realizar en noviembre.
El marco ha sido la Fête de l’Humanité, el diario del Partido Comunista francés, que aunque decrépito y desfasado en muchos aspectos, aún tiene 120.000 afiliados (más que los socialistas y el Frente Nacional) y atrae anualmente a medio millón de personas a su fiesta, “la mayor convención progresista de Europa”. El exministro griego ha sido la estrella indiscutible y llegó con un claro mensaje francés.
“No pasará nada en Europa hasta que la rebelión arranque en Francia y se extienda a toda Europa”, dijo Varufakis, según el cual, “todo lo que se ha experimentado con Grecia”, con una catastrófica reducción del 40% en los ingresos que ha elevado la deuda desde el 120% del PIB original hasta el actual 200%, “tiene en realidad a Francia en el punto de mira”. “La estrategia del gobierno alemán es alcanzar el dominio supremo sobre el presupuesto francés”, dijo, acusando de “cobardía” al Elíseo. Por eso, añadió, “hasta que Francia no se rinda, habrá esperanza en Europa”.
“Tal como fue construida, la eurozona no es viable”, dice Varufa- kis, pero ante esa evidencia se produce un atolladero, “porque el establishment de Alemania y de Francia aún no se ha puesto de acuerdo sobre cómo reformarla”.
El francés Mélenchon, que está desplegando un enorme voluntarismo por sacar a la gauche de su división y esclerosis, sugiere un horizonte en el que Alemania acabará echando de la zona económica fuerte al ClubMed ( Francia, Italia, España, Portugal y Grecia) para configurar una matriz europea ( Kerneuropa) en la que la mano de obra de la población ucraniana, más barata que la china, y el acuerdo comercial con Estados Unidos (TTIP) redunden en una posición fuerte de Alemania en la globalización.
Sea como sea, dice Varufakis, “dejar las cosas como están condena a Francia a consumirse en una lenta recesión y a Europa a la fragmentación y al colapso moral con sus naciones enfrentadas”, dice.
La conferencia del Plan B, a la que también se ha adherido la izquierda eslovena y el Sinn Fein irlandés, “es una respuesta necesaria pero tardía”, considera el presidente de honor de Attac, Bernard Cassen. Durante décadas la izquierda no prestó atención a la construcción europea, cuyas instituciones han acabado degenerando en un “espacio sin democracia” (Varufakis), una “jaula construida para matar todos nuestros sueños” (Mélenchon), o una “camisa de fuerza neoliberal”, según Cassen. Ahora, afirma este experto, “la izquierda denuncia las medidas de austeridad, pero sin cuestionar la pertenencia al euro o a la UE, lo que se parece a la cuadratura del círculo”.
La cuestión del euro es zona gris. El alemán Lafontaine es el único que mantiene un discurso sobre la necesidad de salirse de la moneda única, mientras Varufakis y Mélenchon no acaban de decidirse. El manifiesto conjunto de la futura conferencia solo afirma que, “si el euro no puede democratizarse, encontraremos un medio para asegurar a los europeos un sistema monetario que funcione con ellos y no a sus expensas”.
En cualquier caso, cortarle las alas al poder del Banco Central Europeo es visto como una necesidad, tras los golpes de Estado escenificados primero en Chipre y luego en Grecia por el procedimiento de paralizar los sistemas financieros nacionales. “En 1967 utilizaron los tanques contra la democracia, este año han usado a los bancos, ¿para qué necesitan la Wehrmacht si tienen la troika?”, se pregunta Varufakis.