El colmo del mantero
Hay una cosa en la que sí están de acuerdo todas las asociaciones de comerciantes de la ciudad, desde las más clásicas hasta las que quieren renovar el actual modelo comercial de la ciudad. Todos coinciden en que la venta ambulante ilegal, que este verano se ha disparado en Barcelona, les está causando fuerte perjuicios. También hay una gran coincidencia a la hora de señalar que el actual gobierno de la ciudad no está actuando con la convicción y los medios necesarios para atajar este problema, que en los últimos días va aflorando en las zonas más turísticas de la ciudad con intermitencia. Así, después de unos días de escasa presencia de manteros que coincidió con el incremento de la vigilancia por parte de la Guardia Urbana, este fin de semana se las ha vuelto a ver en gran número en lugares como el Portal de la Pau. El fenómeno del top manta puede provocar a veces situaciones paradójicas. Javier Cottet, por ejemplo, dice estar harto de ver a los manteros vender gafas delante de su óptica. “No hacen facturas, ni pagan impuestos. Se colocan allí donde y cuando quieren. Y lo peor –añade este comerciante– es que, para colmo, después entran en mi tienda las personas que acaban de comprar las gafas a los manteros para que les arreglemos la patilla que ya se les ha roto”.