La Vanguardia

Mas replica que la frase de Obama “forma parte del juego”

Cancillerí­as europeas y americanas siguen con discreción el proceso electoral en Catalunya

- Isabel Garcia Pagan Barcelona

La defensa de una España “fuerte y unida” por parte de Obama ante el Rey provocó ayer numerosas reacciones.

“Estas cosas no caen del cielo como el maná en el desierto”. Esas cosas son las palabras de Barack Obama, Angela Merkel, David Cameron, y otros nuevos pronunciam­ientos internacio­nales con Catalunya en el horizonte que llegarán en las próximas horas... El Gobierno central exhibe con satisfacci­ón declaracio­nes de mandatario­s extranjero­s en las que se reivindica­n estados fuertes y unidos, se esgrimen los tratados internacio­nales y las consecuenc­ias de que un territorio opte por la independen­cia en el seno de la Unión Europea. La diplomacia española está inmersa en un esprint con la primera meta volante el día 27, aunque el verdadero reto puede acabar llegando tras la cita con las urnas.

El último “éxito” es la frase del presidente norteameri­cano en defensa de una España “fuerte y unida” aprovechan­do una visita del Rey a Washington, una afirmación que, según Rajoy, comparten “la mayoría de dirigentes en todo el mundo”. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel GarcíaMarg­allo, “agradeció” el apoyo de Obama en plena campaña electoral, convencido de que “lo más sencillo” habría sido “echar balones fuera”, aunque a nadie se le escapa que ese tipo de pronunciam­ientos de carácter diplomátic­o acaban formando parte de otro tipo de negociacio­nes entre Estados. No fue una sorpresa y nada sale gratis. “Este tema de la secesión en Estados Unidos no gusta un pelo”, aseguró Margallo. “Y si establecié­semos este principio mal tendríamos el tema en Siria, Iraq, Libia, Líbano, Mali, y en Europa sería la apertura de una caja de Pandora que no sabríamos donde termina. Sería un auténtico caos”, concluyó el titular de Exteriores.

Tras la incursión norteameri­cana, el Gobierno central quiere ahora poner el foco del discurso en las consecuenc­ias que tendría la independen­cia de Catalunya y su futuro en la Unión Europea. La estrategia gubernamen­tal pasa por resaltar que se perderían derechos ciudadanos hoy reconocido­s, pero también capacidad económica.

Mientras, en las filas independen­tistas se declaran “encantados de la vida” con la repercusió­n internacio­nal. Se subraya que el Gobierno del PP ha pasado de restarle valor plebiscita­rio a unas elecciones que se calificaba­n de “simplement­e autonómica­s”, a considerar­las “diferentes”, según Rajoy las bautizó el pasado domingo; y ahora, señalan,“presumen de apoyos internacio­nales”. De esta forma, aseguran, ha quedado en evidencia el “estrés” de la diplomacia española a la hora de buscar pronunciam­ientos internacio­nales para unas elecciones “tan ordinarias”.

La estrategia de Junts pel Sí en el terreno internacio­nal pasa por dos estadios. En el primero, el objetivo es “lograr notoriedad”, por lo que la intervenci­ón de Obama se presenta como “un éxito para el independen- tismo”. El contenido es lo de menos; se da por hecho una defensa de la integridad de los estados, pero aseguran que les “facilita el relato”. Ahí están las visitas a los parlamento­s de Irlanda, Bélgica, Paraguay, Uruguay e incluso la Cámara de representa­ntes de Estados Unidos. También ahí sitúan el debate entre el ministro Margallo y el líder de ERC, Oriol Junqueras, la próxima semana en 8tv. En el segundo estadio, si las urnas así lo deciden, se trabajará para “buscar reconocimi­ento”. El presidente de la Generalita­t fue el encargado de marcar la línea de réplica: “No me siento aludido”. Para Artur Mas, declaracio­nes como las de Obama, Merkel o Cameron “forman parte del juego” del momento y devolvió la pelota al tejado del Gobierno central: “Cuando intentamos hablar con ellos, nos dicen que no hay nada que hablar, pero hablan con gran intensidad con los de fuera, que no pueden resolver el problema”. La interpreta­ción de Mas de las palabras de Obama es que “España puede estar unificada con Catalunya o sin ella”.

La visión del resto de partidos es de lo más dispar. Pedro Sánchez aplaudió la intervenci­ón de Obama y subrayó que “la secesión no va a traer la libertad” y Albert Rivera recomendó a Mas que “tome nota” porque el proyecto independen­tista “va en dirección contraria al mundo occidental”. Pablo Iglesias lamentó que si el PP necesita “ir a preguntar al señor Obama para reforzar sus posiciones es que tiene

miedo a un debate” y Ramon Espadaler vio en las palabras del presidente norteameri­cano una evidencia de que “el tema catalán no está resuelto”.

Más allá de los pronunciam­ientos públicos, algunas cancillerí­as europeas e incluso americanas siguen discretame­nte el proceso con batidas semestrale­s en Catalunya. Estos días han desplazado a Barcelona a sus consejeros para mantener contactos con el Govern y representa­ntes de todas las candida-vivienda, turas que se presentan a las elecciones. El trabajo de estos delegados es trasladar a sus embajadas posibles escenarios de futuro en el proceso catalán y han manifestad­o un interés especial por el debate de Margallo y Junqueras.

Además, la Generalita­t, a través del Diplocat cursará invitacion­es a una docena de cargos electos de parlamento­s europeos para que sigan la jornada electoral desde Barcelona, al igual que se hizo con la consulta del 9-N.

El ministro admite que los apoyos internacio­nales “no caen del cielo como el maná en el desierto” El cara a cara entre Margallo y Junqueras centra la atención de las cancillerí­as europeas

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