Cual es su función, qué enfermedades produce y cómo las tratamos
¿Qué es la próstata y cuál es su función?
La próstata es una glándula del sistema genital masculino, que está situada debajo de la vejiga y atravesada por la uretra. En la próstata desembocan los conductos seminales procedentes de las vesículas seminales, que almacenan los espermatozoides. Éstos, junto a la secreción prostática, forman el líquido seminal que es expulsado durante la eyaculación.
¿Qué enfermedades puede tener la próstata?
La glándula prostática puede tener diferentes afecciones: - Procesos inflamatorios e infecciosos (prostatitis y síndrome del dolor pelviano crónico). - Procesos por influjo hormonal (hiperplasia benigna de próstata –HBP–). - Procesos tumorales (cáncer
de próstata).
¿Qué síntomas producen las afecciones prostáticas?
Según el tipo de enfermedad (inflamatoria, infecciosa, hiperplásica o tumoral), predominarán unos síntomas frente a otros.
Los procesos inflamatorios e infecciosos tienen como síntoma guía el dolor pélvico, miccional, o eyaculatorio. La fiebre puede estar presente.
Los procesos causados por influjo hormonal implican un crecimiento glandular benigno y causan dificultad y obstrucción miccional.
Los procesos tumorales en fases precoces son asintomáticos. Es por ello que una visita regular al urólogo, a partir de los 50 años, tiene vital importancia. Al correcto diagnóstico se llega tras una completa historia clínica y exploración física (tacto rectal), junto al estudio analítico de marcadores tumorales (PSA). El urólogo, con la información obtenida, realizará otras pruebas (imagen, biopsia) que confirmarán el diagnóstico.
¿Qué son las prostatitis?
Las prostatitis son procesos inflamatorios o infecciosos. Suelen predominar en varones jóvenes y de mediana edad aunque también están presentes en el varón de avanzada edad. En todas ellas, el dolor miccional o en la eyaculación son los síntomas guía.
¿Qué tipos de prostatitis existen y cómo se diagnostican?
Las prostatitis se clasifican en 4 grupos:
Prostatitis aguda:
De causa infecciosa. Su cuadro clínico se caracteriza por una infección urinaria con gran disconfort miccional, fiebres altas y decaimiento físico. Su tratamiento es antibiótico. Su resolución es la norma general y no suele dejar secuelas.
Prostatitis crónica bacteriana:
También de causa infecciosa. Da lugar a molestias o dolor en el área genital e interior del recto. Suele cursar con brotes de diversa intensidad, sin fiebre, asociando disfunciones sexuales. La base del tratamiento es también antibiótico, utilizándose otros fármacos para el alivio de las molestias asociadas.
Síndrome de dolor pelviano crónico:
Tiene dos subtipos. Ambos dan lugar a las mismas molestias que las prostatitis crónicas bacterianas. Los antibióticos no suelen ser efectivos. Por ello se utilizan relajantes de la musculatura perineal y prostática, antiinflamatorios y otros fármacos. Un nuevo enfoque terapéutico en este grupo de pacientes es la acupuntura. En la Fundació Puigvert, un equipo de anestesiólogos, con larga experiencia en el manejo del dolor crónico, se ha formado específicamente para ello.
Prostatitis inflamatoria asintomática:
No presenta clínica alguna. Se manifiesta en la biopsia prostática por la sospecha de un tumor. Detectar células inflamatorias en vez de tumorales puede explicar alteraciones del PSA pero no requiere tratamiento.
¿Qué es la hiperplasia benigna de la próstata o HBP?
La próstata que, a lo largo de los años queda afectada por el influjo hormonal de la testosterona producida en los testículos, desarrolla un crecimiento benigno que denominamos hiperplasia benigna de la próstata (HBP). Ésta es una de las patologías genitourinarias más frecuentes y, en muchas ocasiones, la primera causa de consulta al urólogo.
¿Qué síntomas presenta el paciente con HBP?
A partir de cierta edad (4550 años), el varón puede empezar a presentar síntomas por HBP. El crecimiento de la parte interna de la próstata afecta a la uretra o conducto de la orina, dificultando el vaciado vesical. La disminución del calibre del chorro miccional, la dificultad para iniciar la micción y el goteo son manifestaciones de este cuadro obstructivo.
Otros síntomas, los llamados irritativos, se producen porque al aumentar la resistencia de salida de la orina por un conducto más estrecho, el músculo de la vejiga (detrusor), aumenta de grosor. Este músculo más grueso, incrementa su fuerza pero puede tener alteraciones de contractilidad y dar lugar al aumento de frecuencia, a la urgencia miccional o al escape de orina.
Si el proceso no se corrige, pueden aparecer: el residuo de orina tras la micción y posibles infecciones; la retención aguda de orina (RAO), e incluso afectación renal.
¿Cuándo y cómo debemos iniciar el tratamiento de la HBP?
Los síntomas leves no requieren tratamiento.
Los tratamientos médicos se indican frente a síntomas moderados cuando éstos alteran la calidad de vida. Para decidir el tratamiento médico hay que valorar los efectos secundarios y ajustarlo a los síntomas predominantes y a las características vitales del paciente.
La técnica quirúrgica se indica en aquellos pacientes con síntomas más intensos y cuando los tratamientos médicos fracasan. Hay diversos métodos quirúrgicos y decidir cuál es el mejor depende del volumen de tejido a eliminar, del estado del paciente, de su edad y de posibles patologías asociadas.
“A partir de cierta edad (45-50 años), el varón puede empezar a presentar síntomas por HBP. El crecimiento de la parte interna de la próstata afecta a la uretra o conducto de la orina, dificultando el vaciado vesical”