El juez, el amo y el banco
Como si de un cuento se tratara, ésta es la historia de un amo, un banco, un jefe, unos trabajadores y un juez. Y es una historia que como no se ponga remedio, pronto puede no tener final feliz. Los intereses -legítimos- de cada una de las partes pueden acabar hundiendo -esta vez de forma definitiva- la empresa. Se trata de la fabrica de motocicletas Gas Gas, ubicada en Salt.
Después de meses de haber dejado de producir motocicletas y tras haber suspendido pagos (concurso de acreedores) hay una guerra abierta entre las dos facciones de la empresa, con el juez entre ambos. Por un lado se encuentran los antiguos propietarios y los acreedores encabezados por Banc Sabadell. Por el otro, los actuales administradores concursales, directivos y trabajadores de la planta.
Los primeros (accionistas antiguos y acreedores) han pedido la reversión de la liquidación dictada por el juez y la venta al inversor Maecenas. De esta forma, los principales acreedores podrían quizá recuperar algo de las deudas. Banc Sabadell es el primer acreedor, con 14 millones de euros. Esos créditos los heredó de Caixa Penedès cuando la absorbió. Por su parte los administradores concursales, los directivos y los empleados apuestan por vender la unidad productiva a un tercero. Ellos aseguran que cuentan con una decena de ofertas de fabricantes interesados en Gas Gas. En este caso, las posibilidades de recuperar las deudas por parte de los acreedores son menores.
La decisión final estará en manos del juez. De él depende el futuro del centenar de trabajadores que están sin empleo desde el mes de enero a la espera del final de esta historia.