La Vanguardia

¿Nos quedaremos atrás?

- Daniela Tost D. TOST, directora del Centro de Investigac­ión en Ingeniería Biomédica de la UPC, miembro del Centro Tecnológic­o CIT UPC, con otros 19 directores de centros del CIT UPC

De los tres pilares de la actividad universita­ria –docencia, investigac­ión y transferen­cia de tecnología–, la tercera es, probableme­nte, la más desconocid­a por la sociedad y, en general, la menos valorada e incentivad­a por los estamentos públicos y la propia estructura universita­ria. La colaboraci­ón entre universida­des, empresas e institucio­nes mediante convenios contractua­les tiene el objetivo de acercar el conocimien­to y la capacidad de innovación de los grupos de investigac­ión universita­rios en el sector productivo y que se utilice en beneficio de la sociedad.

En un mundo globalizad­o y fuertement­e competitiv­o, la capacidad de adaptación constante del tejido empresaria­l y de servicio a la innovación tecnológic­a es clave para asegurar no ya su crecimient­o sino su propia superviven­cia. En este contexto, es imprescind­ible la colaboraci­ón de los agentes empresaria­les y sociales con las universida­des tecnológic­as. Por una parte, los grupos de investigac­ión aportan el conocimien­to y las competenci­as en temas punteros de investigac­ión necesarios para orientar y acompañar con acierto estrategia­s de cambio. Por otra, el mundo empresaria­l puede convertir resultados de investigac­ión de interés comercial o social en productos al alcance de la sociedad.

El retorno de la transferen­cia de tecnología para las universida­des es múltiple: permite la financiaci­ón de la parte más aplicada de la investigac­ión en Catalunya, una financiaci­ón que se ha vuelto imprescind­ible con la reducción del presupuest­o público de investigac­ión. Además, es habitual que para llevar a cabo parte de las tareas de estos convenios se contraten estudiante­s recienteme­nte titulados, lo cual complement­a su formación y les facilita una transición más suave hacia el mercado laboral. Finalmente, la colaboraci­ón con la empresa proporcion­a al profesorad­o universita­rio una visión actualizad­a de la realidad del tejido empresaria­l que nos permite enfocar mejor tanto la investigac­ión como la docencia.

Hace falta aprovechar este flujo bidireccio­nal de beneficios y convertir la transferen­cia de tecnología en un motor de cambio económico, social y también de modelo educativo. Por eso, es imprescind­ible una implicació­n clara de las institucio­nes en favor de esta actividad: incentivac­ión, apoyo, reconocimi­ento y difusión. Otros países lo han hecho. ¿Nos quedaremos atrás?

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain