Los temas del día
La postura de la banca española ante la situación política que vive Catalunya; y la próxima celebración de un encuentro internacional de premios Nobel en Barcelona.
LA cumbre anual de los premios Nobel de la Paz en Barcelona que se celebrará el próximo mes de noviembre revalida la imagen de ciudad solidaria que siempre ha tenido, y que se ha puesto de manifiesto también estos días con la iniciativa de liderar una campaña internacional de acogida a los refugiados que llegan a Europa huyendo de los conflictos y del hambre en sus países de origen.
Barcelona, la ciudad olímpica, la ciudad turística y la capital económica del Mediterráneo, será por unos días también –entre el 13 y el 15 de dicho mes– la capital de la paz, en la que los premios Nobel reflexionarán sobre los principales problemas del mundo, especialmente el concerniente a la inmigración y los refugiados, junto con los representantes de las entidades no gubernamentales y fundaciones vinculadas a la promoción de la paz.
Hace quince años que se inició la iniciativa de celebrar anualmente esta cumbre de la paz. Actos como este, en los que se moviliza la sociedad civil de las principales ciudades del mundo, son cada vez más importantes para mantener viva la llama de la paz y para dar continuidad práctica y efectiva al premio que en su día estableció Alfred Nobel.
Desde la cumbre mundial de la paz, entre otras acti- vidades, los propios Nobel asistentes entregan asimismo un galardón a una personalidad internacional que se haya distinguido por su labor en favor de los más nobles ideales. Acorde con ello, el conjunto de instituciones y asociaciones de Barcelona debería organizar iniciativas paralelas y hacer de la ciudad esos días, con la máxima participación ciudadana, un festival por la paz mundial. Ya en 1993 se presentó en Barcelona por primera vez la Carta de la Paz dirigida a la ONU y desde entonces se ha difundido en más de ochenta países, donde ha recogido miles de firmas, adhesiones e iniciativas para trabajar y profundizar en el desarrollo de su contenido. La tarea de trabajar por la paz mundial, vista la multiplicidad de conflictos, es ingente.
Hace ya un año, desde la etapa del alcalde Trias, que Barcelona perseguía organizar la citada cumbre de premios Nobel de la Paz y, ahora, finalmente se ha conseguido porque el nuevo Consistorio que preside Ada Colau ha mantenido también el interés por el proyecto y ha estado alerta para recuperarlo cuando la ciudad estadounidense de Atlanta, que era la candidata inicial, ha renunciado a él. La capital de la paz es, pues, un objetivo compartido y ello refuerza los elevados ideales que, por encima de ideologías, representa y quiere representar Barcelona en el mundo.